Se negó reiteradamente a cerrar su bar y acabó detenido. El propietario de un local de hostelería del casco antiguo no atendió ayer la orden de cierre de todos los establecimientos.

Por la mañana acudió al bar una patrulla de la Policía Local para indicarle que debía cerrar sus puertas. No lo hizo. Fuentes policiales explicaron que se le advirtió en otra ocasión y tampoco dejó de servir bebidas.

Finalmente, y a la tercera, ya no fue la Policía Loca sino la Nacional la que acudió al establecimiento y se llevaron detenido al propietario, que esta vez sí, tuvo que cerrar el local.