La enseñanza de Frato: “La mayoría de los niños se aburre en la escuela, y si se aburren no aprenden”

El pedagogo italiano Francesco Tonucci presenta la primera traducción de su obra al asturiano reflexionando sobre la educación infantil: “El juego son los verdaderos deberes”

Francesco Tonucci, "Frato", entre Xosé Antón González Riaño, a la izquierda, y Alejandro Rodríguez Martín.

Francesco Tonucci, "Frato", entre Xosé Antón González Riaño, a la izquierda, y Alejandro Rodríguez Martín. / Jaime Casanova

“¡Llegues dos hores tarde!”, protesta el maestro. “Llaméntolo”, replica el alumno, “pero ye que tuvi que recuperar el tiempu pa xugar porque ayeri tocaben deberes y nun pudi facelo”. Los personajes de las viñetas de Francesco Tonucci, “Frato”, historietista y psicólogo, pedagogo, investigador y en resumen “niñólogo”, han roto a hablar en asturiano. La filosofía de Tonucci, pensador y dibujante italiano, teórico de la educación, de la escuela y el desarrollo socioeducativo de la infancia, tiene una versión asturiana en “50 años cola güeyada del neñu”, la traducción del original italiano “Con gli occhi del bambino” (2016) ejecutada a medias por el presidente de la Academia de la Llingua, Xosé Antón González Riaño, y el director del departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo, Alejandro Rodríguez Martín.

Tonucci y Frato, “este señor que vive conmigo” y lleva más de medio siglo divulgando su pensamiento en provocadoras viñetas satíricas, presentaron ayer en Oviedo la obra con los dos traductores en una lección de pedagogía lingüística, o de lingüística pedagógica, que volvió a dejar constancia de la relación “especial” del autor italiano con Asturias, con Oviedo y con la Universidad que le nombró Doctor Honoris Causa en 2017 y sirvió para delinear las líneas que dibujan el pensamiento sociopedagógico y decididamente político de Frato. Contó que empaqueta mensajes con dibujos “porque me salió”, pero también porque son su manera de “mirar dentro de los niños” y porque las viñetas “son capaces de expresar lo que los niños piensan pero no pueden decir y lo que yo no puedo poner por escrito”. El humor agitador de conciencias es, remató, su forma de “hacer visible lo invisible”.

Frato: “La mayoría de los niños se aburre en la escuela, y si se aburren no aprenden”

Una de las viñetas del libro "50 años cola güeyada del neñu". / Marcos Palicio

En una de las que recopila el volumen recién traducido al asturiano, unos niños juegan en la calle ante una valla de obra que dice “perdón poles molesties, tamos xugando pa vos”. Así viene a decir Frato lo que Tonucci confirmó ayer de palabra sobre el “derecho al juego” que consagra la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, o más concretamente sobre su constancia de que “el juego de los niños son los verdaderos deberes” y ha de ser “una competencia exclusiva de los niños”, y además ser “gratuito e inútil”… ¿La principal virtud de un buen maestro? “La escucha”. ¿La pandemia, el encierro y la escuela virtual? Además de un drama una oportunidad perdida en la que las plataformas deberían haber sido utilizadas “no para dar clases y dictar tareas, sino para escuchar a los niños”, para “hablar con los alumnos” y usar “la casa como laboratorio”, “con los padres asumiendo el papel de asistentes y las actividades domésticas compartidas convertidas en los nuevos deberes…” Tonucci identifica en ese pequeño fiasco “una demostración de que esta escuela ya no funcionaba antes”. Remata esta percepción un axioma que dice que “la mayoría de los niños se aburren en la escuela, y si se aburren no aprenden”.

El autor de “Manual de guerrilla urbana: para niños y niñas que quieren conocer y defender sus derechos” terminó lamentando que en la crisis sanitaria, y pese a su llamamiento a la red de ciudades amigas de la infancia, tampoco se haya escuchado a los más pequeños. “Espero mucho de la protesta de los niños”, dijo, “pero no va a ser fácil”.

Francesco Tonucci, «Frato», entre Xosé Antón González Riaño, a la izquierda, y Alejandro Rodríguez  Martín. | Jaime Casanova

Una de las viñetas del libro "50 años cola güeyada del neñu". / Marcos Palicio

Los traductores de su obra, y moderadores de la presentación de ayer, anunciaron que “La ciudad de los niños” será la siguiente obra de Frato en renacer en asturiano y celebraron la clarividencia del autor. Sus libros son auténticos “manifiestos educativos”, festejó González Riaño tras proclamar que “una lengua minoritaria necesita enriquecerse lingüística y culturalmente con aportaciones de otras literaturas mayoritarias” y poniendo la “güeyada” de a Frato a la altura de las otras grandes traducciones al asturiano, de la Biblia al “Manifiesto comunista”, pasando por el “Quijote” o el “Decamerón”.

En un asturiano distinto, hablado con el acento de su Gran Canaria natal, Alejandro Rodríguez Martín se felicitó por la constancia de que esta primera traducción de la obra de Frato al asturiano “es para Asturias, para la llingua y la sociedad un paso más en su proceso de mejora y normalización” además de “un ejemplo de que el asturiano es lengua de cultura”. Quiso aprovechar la ocasión para “reivindicar el uso del asturiano en contextos académicos” y en su glosa de las aportaciones de Tonucci destacó el auténtico “proyecto político” que presenta “La ciudad de los niños” como “una nueva filosofía del gobierno de la ciudad en la que la escuela tiene un papel central” y en la que cristalizan las grandes contribuciones del pensamiento de Tonucci, muy sintéticamente, en tres trazos, sus convicciones respecto al “cambio inaplazable de la escuela”, “la importancia del juego infantil” y “la necesidad de la participación de los niños”.

Suscríbete para seguir leyendo