Asturias exporta talentos

Luján Argüelles proclama: "Asturias es una tierra de fortaleza, de superación"

"Cuando estoy en mi tierra siento una conexión brutal con esa cultura, con ese prao, con esas playas y esas montañas"

Luján Argüelles. | RTVE

Luján Argüelles. | RTVE / Tino Pertierra

Tino Pertierra

Tino Pertierra

LUJÁN ARGÜELLES (Madrid). Nació en Salas en 1977. Retransmitió el incendio del Windsor y narró la muerte de Juan Pablo II. Lideró a los «tróspidos» de «Quién quiere casarse con mi hijo», «Granjero busca esposa» o «Un príncipe para Corina». Trabajó con Luis del Olmo («Protagonistas»), Juan Antonio Cebrián («La rosa de los vientos») y Carlos Herrera («Herrera en la onda»). Ha publicado el libro «Aprendiendo de nuevo a vivir». En televisión, conduce «Brigada tech» para TVE, espacio para reducir la brecha digital de una manera amena.

Hoy está con nosotros la periodista y presentadora Luján Argüelles (Salas, 1977), y lo primero que quiere destacar es su devoción por Asturias. Que se entere todo el mundo: entiende que "alguien de Extremadura o Teruel te dirá lo mismo de su tierra, pero yo cuando estoy en la mía siento una conexión brutal con esa cultura, con ese prao, con esas playas y esas montañas. Asturias es una tierra de fortaleza, de superación. Somos gente con una poderosa personalidad y mucha capacidad para dar pasos con firmeza. Y cuando estoy ahí lo siento, voy a mi pueblo... Y buf, pienso: este es mi lugar. Aquí soy yo de verdad".

Herencias poderosas: "Mi hija ama Asturias. Está encantada cuando va. La vuelve loca. Dice que es donde mejor se lo pasa en verano". ¿Y fuera de ese mundo idílico? Se pone muy seria y diagnostica una realidad poco apacible: "Ahora mismo vivimos con mucho ruido. A los políticos y a los medios de comunicación se les está yendo la mano con él. El ruido solo adormece. Entorpece. Nubla la vista. Ciega las opciones y las oportunidades, que siempre están ahí esperando. Siempre es siempre. Vivimos un momento de cambio con una situación geopolítica internacional alterada, con mucho movimiento, pero tengo la certeza de que, como Humanidad, estamos preparados para lo que venga, y superarlo. Pero también pienso que los políticos deberían pensar un poco más en nosotros, y no solo en ellos. Les viene fenomenal esta bronca, esta gresca. Este ruido. Estos enfrentamientos".

¿Por qué? "Porque así no pensamos y directamente nos alineamos con sus posturas y les votamos. Y miren, señores, no. ¿Me pueden dar un poco de paz? Y paz significa un poco de diálogo entre ustedes, de construcción de país, de construcción de futuro y de construcción de horizontes. No únicamente pegarse a mano abierta y que a ustedes no les importe nada por dónde pasa España, simplemente ganar las próximas elecciones".

Y los medios de comunicación "de alguna manera hemos entrado en ese conflicto porque queremos un clic, y el clic lo conseguimos cuando ponemos titulares grandilocuentes hablando en negativo. Estamos destruyendo el entusiasmo de la gente, que es con lo único que saldrán a la calle al día siguiente y van a conseguir cambiar su vida. Que nos vuelvan locos con lo que está pasando con Putin hasta perder la consciencia no les ayuda. Ellos no van a tener un Zoom con Putin para decirle: "Para la guerra", y que la pare. Empecemos a medir qué nivel de ruido queremos trasladar a la sociedad porque ahora mismo es tremendo. Y no veo soluciones por ningún lado porque no las buscan, buscan ruido, miedo, incertidumbre".

Si alguien quiere probar fortuna fuera de Asturias, le dice: "P’alante. De cabeza. ¿Es lo que quieres? ¿Es tu deseo ardiente? Porque no es lo mismo un deseo que un deseo ardiente. Yo, deseos, tengo mil. Deseo esto, deseo lo otro, deseo lo de más allá. Pero no hago nada luego. ¿Es ardiente, por el contrario? ¿Todos los días por la mañana deseas eso y estás dispuesta a todo para caminar todos los días un paso, y otro paso, y otro paso más porque eso es lo que te construye como ser humano? ¿Lo que da sentido a tu vida? ¿Lo que consideras que es tu leyenda, para lo que has venido a este mundo? ¡Tira p’alante! Has venido a eso y que nadie te diga lo contrario".

"Donde naces no determina tu destino", advierte. "Cómo naces, tampoco. Dime tú el día en que me voy a morir. ¿Lo sabes? No. A partir de ahí, dime tú adónde voy a llegar en esta vida. ¿Lo sabes? No, voy a llegar a donde yo me marque que quiero llegar. Y buscaré la vía y las formas y los caminos para lograrlo. Pero seamos honestos. No vale decir: no, no, es que yo quería hacer esto pero... ¿En qué momento bajaste los brazos?"

Mismamente ayer estaba "desesperada con mil movidas y mil historias y planteándome que era un día catastrófico, y eso me sigue pasando todos los días en mi trabajo diario. Y no es verdad: hoy me han pasado cuatro o cinco cosas que me han demostrado que la catástrofe de ayer no existe. Si me rindo y no me vuelvo a poner en acción para tomar la iniciativa y abrir caminos soy la que ha bajado los brazos con mi pensamiento y mi actitud de ayer, por no haber vuelto a abrir una puerta o encender una luz".

Fuera los malos rollos: "Yo me he declarado tremendamente pesimista en el pasado y ahora no lo soy. Escucha: no lo soy porque no quiero serlo. Por tanto, cuando aparece el pesimismo, que siempre aparece, sé cuáles son los mecanismos y lo que debería hacer para estar donde quiero estar, que es en el no al pesimismo".

Una certeza: "Al señor Destino ya ni le hago caso. Mire usted: diga lo que quiera que yo sigo a mi rollo". Y que quede claro: "Estoy harta de que me encasillen en un solo registro y que en todos tenga que hacer una sola cosa. ¡No! Soy muchas cosas. Y punto. Y, a lo mejor, mañana decido ser otra. Y pasado, otra. Porque como yo decido, seré lo que quiera ser. No hay límites".

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