Adiós a la exdirectora de Emigración Begoña Serrano, que rescató la memoria democrática

La gijonesa llevaba desde diciembre apartada de la política por una enfermedad | "Era una apasionada de la vida", destaca Adrián Barbón

Begoña Serrano, durante un acto en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. | Miki López

Begoña Serrano, durante un acto en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. | Miki López / J. L. S.

J. L. S.

María Consolación Begoña Serrano Ortega, la que fuera directora general de Emigración y Memoria Democrática hasta el pasado 9 de diciembre, empleada en excedencia de la Fundación José Barreiro y referente en la recuperación de la memoria democrática, falleció ayer tras una larga enfermedad. Era licenciada en Geografía e Historia y este verano habría cumplido 66 años. Visiblemente emocionado, el presidente del Principado, Adrián Barbón, aseguró: "Ahora solo nos queda el consuelo de recordarte apasionada de la vida y del socialismo, tal como eras, tal como te recuerdan quienes trabajaron contigo". Deja dos hijos y marido.

Su trayectoria laboral comenzó en la Universidad de Oviedo allá por 1988 ocupando diversas responsabilidades en la Cátedra Jovellanos de Extensión Universitaria. Dos años después empezó a trabajar como archivera y bibliotecaria en la Fundación José Barreiro, una organización vinculada a la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE). Ya en 2004 pasó a formar parte del Gobierno regional que por aquellos años presidía el socialista Vicente Álvarez Areces. Su primera responsabilidad fue en el gabinete de la Consejería de Presidencia. Allí permaneció durante seis años, hasta que en 2010 fue nombrada directora de la Agencia Asturiana de Emigración.

Durante los meses de Foro al frente del Principado, Serrano volvió a su puesto como archivera y bibliotecaria en la Fundación José Barreiro. Una vez que el PSOE recuperó el poder, la gijonesa asumió la Dirección General de Emigración en 2012 con el gobierno de Javier Fernández. Ocupó este cargo hasta que, hace unos meses, una enfermedad la apartó del mismo. Aunque residía en Gijón, tenía su "refugio", como lo define Barbón, en Cabrales. En su recuerdo, el líder del Gobierno asturiano agregó: "En ti eran imposibles la lejanía y la indiferencia, esos falsos escondites que se fabrican quienes se sienten ajenos al mundo que habitan, como si las injusticias no fuesen con ellos: la indolencia pasiva y cruel de los que solo piensan en sí mismos".

Hace solo unos meses, había recibido la Manzana de Oro del Centro Asturiano de Madrid en reconocimiento a su esfuerzo con la comunidad emigrante de la región. "Solo estando a tu lado se podía conocer la honda preocupación que sentías por las condiciones en las que viven los asturianos más necesitados en Cuba, Venezuela o en cualquier rincón del mundo, siempre dispuesta a encontrar una nueva vía de ayuda", aseguró Barbón.

La propia Fundación Barreiro destacó la labor de Begoña Serrano en la recuperación de los archivos y testimonios de los asturianos exiliados en el sureste de Francia, a donde viajó para entrevistarse con los familiares de Barreiro y José Mata, uno de los más célebres miembros de los maquis asturianos.

La familia de Begoña Serrano está recibiendo multitud de muestras de cariño en la capilla ardiente instalada en el tanatorio de Cabueñes. Sus restos serán incinerados hoy.

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