Meigas

"Cuando monté mi tienda de bruja hace 42 años mi padre estaba asustado"

"Unas velas solas no hacen nada; el ritual es un puente hacia entidades superiores", afirma Rosa Alonso

La meiga celta Rosa Alonso Ferragud, en un ritual. Acaba de publicar nuevo libro.

La meiga celta Rosa Alonso Ferragud, en un ritual. Acaba de publicar nuevo libro. / R. A.

Mar Mato

Rosa Alonso Ferragud es una de las meigas de referencia en Galicia. Ha publicado dos libros. El último, 'El legado de una bruja celta' (con Oberon, Anaya). En él, indica qué hay que saber para ser una meiga y preparar rituales y pócimas que mayoritariamente ha heredado de su abuela.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de ella como meiga?

Ella tenía una habitación con arco italiano con cortinas. Yo venía del colegio y me decía que me sentara allí, callada. Atendía a la gente y yo la escuchaba mientras comía pan con chocolate. Ella no le hablaba igual a todo el mundo. A algunas personas les hablaba seria y a otras las abrazaba. No todo el mundo necesita lo mismo. Las sesiones deben ser individuales.

Rosa Alonso, en uno de sus rituales.

Rosa Alonso, en uno de sus rituales. / R. A.

En el arranque del libro, señala que estos saberes se transmitieron de manera privada. El paso a hacerlos públicos, ¿fue difícil?

Lo que me pasó a mí y a mucha gente es que estábamos en la clandestinidad. Nos lo prohibían contar porque podía caer sobre nosotras el Código Penal. Recuerdo a mi abuela atendiendo a la gente a las cinco o siete de la mañana. No podía ir la gente claramente a la consulta porque podrían llevarte a la cárcel. Cuando yo monté mi tienda, la primera de España, hace 42 años mi padre estaba asustado.

Pero en esa fecha ya no había dictadura.

Sí, hacía tiempo que había muerto Franco. El periodista Jesús Hermida me localizó entonces y mi padre me dijo: “Te la estás jugando”. Me pidió no hablar de brujería gallega. Yo me despaché lo que quise.

¿Cuál es el fin de esta obra?

Quiero buscar explicaciones a fondo de lo que mi abuela no podía explicar. Las meigas y brujas de hoy en día tenemos una doble labor: recoger lo que hemos heredado e investigar.

'El legado de una bruja celta', de Rosa Alonso.

'El legado de una bruja celta', de Rosa Alonso. / R. A.

En el libro habla de algunos templos para invocar diosas celtas.

Este verano fuimos a algunos a hacer las fotos para el libro y yo pensaba que iba a estar todo sucio. Resulta que quedé asombrada, estaba todo cuidado. Supongo que después de tantos años hablando de estas cosas entienden que es algo turístico.Está todo muy cuidado, incluido el Laberinto de Mogor, el sitio de mi infancia.

¿Qué le pide la gente?

No, no. Yo no admito encargos. Yo aconsejo a la persona en lo que tiene que hacer. A veces, no tiene que intervenir la magia. Es una lección de vida más por vieja que por bruja. Hay personas que vienen buscando recetas mágicas para algo y yo les digo que tienen que cambiar ellas. Si cambian eso, ya no me necesitan a mí. Mi abuela decía que había que combinar lo humano con lo divino.

Rosa Alonso, en uno de sus rituales.

Rosa Alonso, en uno de sus rituales. / R. A.

Entonces, hay un componente importante de psicología en el trabajo que hacen ustedes.

Ahora mismo, una simple postura ante mí me dice muchísimo. Ya sé el tipo de persona que es.

¿Cuál cree que es su fuerte?

Respeto cualquier otra cultura pero, en mi tienda, no se vende ningún frasquito que no haya sido creado dentro de nuestras tradiciones con nuestras hierbas y basado en la magia celta. Nos hemos negado a tener productos que no tengan que ver con Galicia.

¿Cuál es el producto que más vende?

La teja gallega. Es una receta de mi abuela que recuperé. Cojo una teja gallega con mezcla de hierbas de limpieza, entre las que está la ortiga. Se rocía con un poco de alcohol, vale el licor de orujo, y se le echa un poco de incienso y se pasea por toda la casa.

¿Cómo lleva las críticas desde el lado científico?

Tenemos testimonios de que la magia funciona. Pero unas velas no hacen nada. El ritual es un puente hacia unas entidades superiores.

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