Dorado, tras recibir el alta después de un trasplante de médula: "Gracias a mi hermana tengo la suerte de estar aquí"

El exjugador del Sporting comparte su recuperación y anima a donar: "Ayudar a través de mi experiencia es una motivación"

Sara Dorado, rodeada de los hijos del exjugador del Sporting.

Sara Dorado, rodeada de los hijos del exjugador del Sporting. / J. D.

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Dice Javi Dorado (Talavera de la Reina, Toledo, 1977) que el play-off del Sporting y ahora la Eurocopa le mantienen entretenido mientras su cuerpo se carga de plaquetas y glóbulos rojos. El exjugador del Sporting empieza a dejar atrás la cuarta recaída tras ser diagnosticado de leucemia. Sometido antes a diferentes tratamientos fallidos, entre ellos la innovadora terapia de células Car-T (método por modificación genética), la búsqueda de un donante de médula encontró en su hermana Sara la mejor aliada posible. "Gracias a ella tengo la suerte de poder estar aquí", comparte con LA NUEVA ESPAÑA a días de cumplirse el tercer mes de la donación. "Ayudar a otra gente a través de mi experiencia es una motivación", asegura.

"Ha sido todo muy emotivo. Encontrar un donante de médula es muy difícil. Con mis otros tres hermanos no tenía compatibilidad y en el banco mundial muchas veces no hay opción de acercarse al 100%. Puedes conseguir porcentajes del 70 u 80, pero ahí el riesgo de rechazo es mayor. He tenido mucha suerte", asegura Javi Dorado sobre la alta compatibilidad detectada en su hermana. Operado en el hospital de Son Espases de Palma de Mallorca el pasado 3 de mayo, lleva poco más de dos semanas en su domicilio, cercano al paseo marítimo de la capital balear. "No estoy aislado, pero sí vivo un poco de aislamiento. Mi sistema inmunitario es como el de un bebé. Tengo que tener preacución hasta con mi familia er ir poco a poco recuperando. Cada lunes y viernes me hacen analíticas para comprobar que todo bien. Y afortundamente, así es", explica.

Por la izquierda, Miguel, Javier, Javi y Nico Dorado, en Mareo.

Por la izquierda, Miguel, Javier, Javi y Nico Dorado, en Mareo. / J. D.

El proceso más duro de aislamiento lo vivió durante 24 días en el hospital. Allí tuvo que someterse a dos tratamientos de quimioterapia, antes y después de la intervención, para "matar las células malas" y que fueran las generadas a través de la médula recibida las que iniciaran el proceso de recuperación. Fueron también días de mucho fútbol para el que fuera lateral izquierdo del Sporting durante la temporada 2001-02 y uno de los que levantó la octava Copa de Europa del Real Madrid. "Me llevé una tele al hospital. Vi todos los partidos del Sporting y del Madrid. Fue una pena el play-off. Faltó un pelín de suerte, pero el Espanyol era un rival fuerte y lo importante es que el equipo lo dio todo", asegura del frustrado ascenso rojiblanco. Ahora vive pendiente de España. Ilusionado con el prometedor inicio de la selección, es cauto: "Las primeras jornadas ya han mostrado que no hay nada fácil".

Javi Dorado hace un llamamiento a colaborar en la donación de médula, un proceso que se inicia "con algo similar a una sencilla analítica. A partir de ahí, si algún día buscan un determinado tipo de sangre, ya te llaman y luego es cuestión de aceptar o no a continuar el proceso. Hay que cumplir también una serie de requisitos". Él también da ejemplo para ayudar en situaciones similares a las que le ha tocado vivir. "Cada vez que en mi entorno me entero de algún caso de leucemia, ya sean conocidos o no, pido el teléfono y me ofrezco a hablar con los enfermos. Cuando me detectaron la leucemia no sabía nada de lo que tenía por delante, y hubiera agradecido que alguien que hubiera pasado por ello me explicara los procesos, a qué te enfrentas, a despejar algo de incertidumbre y transmitir confiazna", señala. Ahora, rodeado de su mujer y sus tres hijos (Miguel, Javier y Nico), celebra cada segundo de vida, cada detalle. "Mi meta es vivir el día a día, encontrarme bien y disfrutar cada momento. Mi meta es la suerte de que sigo aquí y de que gracias a Dios las noticias son muy buenas", concluye Javi Dorado.

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