Nacho Méndez toma el mando y Mareo gana peso en el vestuario del Sporting

La inminente salida de Djuka sitúa al luanquín como el futbolista con más partidos de rojiblanco, seguido de Cote, Gaspar y Guille

Por la izquierda, Djuka, Gaspar, Nacho Méndez, Cote y Guille Rosas.

Por la izquierda, Djuka, Gaspar, Nacho Méndez, Cote y Guille Rosas. / LNE

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Si el mercado no depara ninguna sorpresa, Nacho Méndez (Luanco, 1998) iniciará el 10 de julio su octava temporada como futbolista del primer equipo del Sporting. Nadie suma tantas campañas en el actual vestuario rojiblanco, donde solo un jugador le supera en cuanto a número de partidos disputados. Mientras el luanquín acumula 178 encuentros oficiales, Djuka lleva ya 232. La inminente marcha del delantero balcánico al Atlas mexicano dejará a Nacho Méndez como la gran referencia y dará mayor protagonismo y visibilidad a Mareo. Tras él, los tres futbolistas con más encuentros en el conjunto gijonés son Cote (134), Gaspar (123) y Guille Rosas (113). Todos, criados en la casa.

Llegó a Mareo en infantiles y fue subiendo escalones hasta debutar en la temporada 2007-08. Después de que Abelardo contara con él en el verano anterior, realizando la pretemporada en la localidad portuguesa de Arcos de Valdevez con el primer equipo, Paco Herrera echó mano del luanquín en la que fue la primera campaña en Segunda tras el último descenso del Sporting. Su participación fue de más a menos, con once partidos disputados, cuatro de ellos como titular. A partir de ahí, Nacho Méndez las ha visto de todos los colores en el Sporting. Llegó a estar apartado durante el proceso que acabó desembocando en su última renovación, que expira en 2025, y alternó roles secundarios y una grave lesión de rodilla hasta el indiscutible protagonismo de la última campaña. Sin duda, su mejor momento como rojiblanco.

Nacho Méndez está llamado a ser uno de los pilares sobre los que se apoye el nuevo Sporting. Por muchas razones. A su influencia en el juego durante la última campaña hay que añadirle una madurez personal y deportiva que Miguel Ángel Ramírez ya le pidió reivindicar durante la última campaña. Especialmente para convertirse en un apoyo para los canteranos que, como él en su día, buscan adaptarse y hacerse un sitio en el fútbol profesional. Nacho recogió el testigo y fue creciendo también en esa faceta. No solo en el verde. A la espera de su encaje en el proyecto capitaneado por Rubén Albés desde el banquillo, sus características invitan a pensar en que será uno de los mediocentros sobre los que se apoye el juego del equipo.

Su buen rendimiento la pasada campaña le ha llevado a figurar en el radar de varios equipos. En todo caso, no se esperan movimientos este verano en torno al de Luanco. Al contrario, el deseo del Sporting es intentar atar su continuidad más allá de 2025, sin que hasta el momento hayan existido avances para la ampliación de su contrato.

El que iniciará su sexta temporada en el primer equipo será José Ángel. Cote, a diferencia de Nacho, ha dividido su presencia en dos etapas: la de su irrupción con Preciado, y la de su vuelta tras una carrera por varios clubes europeos como la Roma o el Oporto. El de Roces también apunta a ser un futbolista vital tanto dentro como fuera del vestuario, marcado siempre por el ADN Mareo. No en vano su vuelta a casa ha terminado por sacar la mejor versión de uno de sus mejores amigos en el vestuario: Guille Rosas. La buena relación entre ambos ha incentivado el carácter competitivo de los dos y también les ha convertido en sus mejores confidentes. Ambos terminan contrato en 2025.

Entre el número de partidos de Cote y de Guille está Gaspar Campos, máximo realizador de la plantilla junto a Juan Otero. Renovado hasta 2028, sus diez goles también le han situado entre los observados por varios equipos de Primera División. Con una cláusula de rescisión de en torno a 10 millones, el club afronta el verano sin la obligación de vender a quien, por juventud y talento, es uno de sus futbolistas más cotizados.

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