El "Platilleru" de Cimavilla lleva al Sporting "en la sangre" y en el carné: la familia, un tatuaje y la histora de los abonos

"La Segunda es dura como un día de pesca con viento del norte", dicen los Suárez Morán, matrimonio con barco atracado en el Rendiello y heredera del arte y la afición rojiblanca

Por la izquierda, Ovidio Suárez, Raquel Morán, Cristina Morán, Rebeca Suárez y Ángela Suárez, ayer en el muelle del Rendiello, en El Musel.

Por la izquierda, Ovidio Suárez, Raquel Morán, Cristina Morán, Rebeca Suárez y Ángela Suárez, ayer en el muelle del Rendiello, en El Musel. / Ángel González

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Sentimiento sportinguista de padres a hijos, como el oficio de pescador, como el mote de "Platilleru". Ovidio Suárez Suárez García recibe a LA NUEVA ESPAÑA a bordo del "Nuevo mar abierto", barco pesquero de bajura amarrado en el gijonés muelle del Rendiello, en El Musel, y protagonista de la última campaña de abonados del Sporting. La suya es la historia de un sector, el pesquero, "que va a menos por capturas y por gente con ganas de trabajar", y también la de una familia ligada al emblemático barrio de Cimavilla, con fuertes convicciones rojiblancas. Pura esencia de Gijón. Puro sportinguismo.

Ovidio hizo equipo "con 15 años" con Raquel Morán. La que es ahora su mujer era su vecina cuando empezaron a cortejar en el barrio alto gijonés. De ahí, a formar familia en la gijonesa calle Fuerte Viejo. Comparten dos hijas, Rebeca y Ángela, de 22 y 17 años, respectivamente, que "son abonadas del Sporting desde que nacieron". Son tan sportinguistas que "el regalo por la mayoría de edad de Rebeca" fue tatuarse en la pierna izquierda un enorme escudo del Sporting. Ellas han heredado la afición de sus padres y admiran su oficio, pero su vocación tiene poco que ver con la mar. Quieren formarse como educadoras y se les ve buena mano con la pequeña Cristina Morán, su prima, de apenas 5 años. "Es un trabajo demasiado duro", admiten sobre el arte del anzuelo y el palangre.

Ovidio, a sus 44 años, salió por primera vez a faenar "con apenas 7". Fue de la mano de su padre, también llamado Ovidio, socio de Manolo Bohhome, el "Tazoneru", otro de los rostros del vídeo promocional del Sporting. Lleva ya más de 25 años dedicado profesionalmente a la pesca, tirándole estas semanas al "lenguado y la raya, pero va cambiando el arte y la pesca según la época y lo que haya en la mar". Raquel, dos años mayor que él, le ayudó desde bien joven "pasando redes y picando y abriendo aparejos". Así fue hasta hace unos meses.

"La dificultad para encontrar marineros, porque contratas a uno y a los pocos días desaparece sin saber más de él" hizo a Raquel embarcarse. Ahora es la marinera de la dupla que faena en la costa asturiana y "en ocasiones la cántabra" del "Nuevo mar abierto", de once metros de eslora, que ha tomado el relevo a "Mar abierto", la antigua embarcación familiar. "La anterior era verdiblanca, esta ya la pintamos de rojiblanco", dicen con orgullo. Ella, Raquel, lleva unos días de baja por lo exigido de una labor extremadamente física. La espalda se ha resentido. Ovidio asume la situación con la sonrisa de quien luce en su piel curtida años de idas y venidas, de temporales seguidos de mar de calma. Lo resume su talante para hablar de algo tan veraniego como las vacaciones. "Para nosotros llegan en función del tiempo. Si hace malo y no se puede faenar, es cuando aprovechamos para hacer planes en familia", explican. Tan sencillo como complejo.

Con los que se les ve especialmente ilusionados es con la nueva temporada del Sporting. "Tiene buena pinta el equipo", dice Ovidio, conocido en el gremio por el "Platilleru" porque "dicen que mi güella tocaba los platillos en una orquesta y de ahí lo fuimos heredando los que venimos detrás". Le secundan sus dos hijas, con quienes comparte asiento en la tribuna sur de El Molinón. "Yo hasta diciembre no digo nada", interviene Raquel, quien acostumbraba a ir al campo con ellos, pero la economía del hogar no ha dado últimamente para costear otro carné. Paradojas de la vida, la de la familia del barco que da nombre a la campaña de abonados.

"Hay días que sales a las cinco de la mañana, otros a las seis, otros primero para echar la red antes de que amanezca... Aquí no hay horarios, ni para empezar ni para terminar. Lo que tratamos es estar disponibles los días de partido en El Molinón", cuentan los Suárez Morán. Y si el fútbol les pilla aguas adentro, "tiramos de la radio, el móvil o lo que haga falta" para mantenerse al hilo. "Ojalá asciendan este año, pero esta Segunda es dura como un día de pesca con viento del norte", afirma el "Platilleru" de Cimavilla, quien lleva el Sporting "en la sangre" y el carné "para toda la vida".

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