Bastoncillos para los oídos en la lavadora: el truco que cada vez usa más gente para dejar el electrodoméstico como nuevo

Este producto que mucha gente tiene en casa puede ser una de las claves en la limpieza

Bastoncillos para los oídos en la lavadora: el truco que cada vez usa más gente para dejar el electrodoméstico como nuevo.

Bastoncillos para los oídos en la lavadora: el truco que cada vez usa más gente para dejar el electrodoméstico como nuevo. / Pixabay

Hay diferentes productos que tenemos por casa que sirven para otras cosas de las que están destinados su uso. Uno de estos casos es el de los bastoncillos de los oídos. Amados por muchos y criticados por otros, los bastoncillos sirven para retirar el exceso de cera que se puede tener dentro del oído. Son algunos los expertos que no recomiendan su uso ya que acaban provocando el efecto contrario.

Sin embargo, se ha descubierto que pueden servir para otra cosa, que nada tiene que ver con la cera de los oídos. La limpieza en el hogar suele ser tediosa y más si se trata de limpiar un determinado electrodoméstico. La lavadora es uno de esos que, con el uso, va acumulando suciedad en puntos que no son visibles a primera vista, pero que luego, cuando indagas o lavas la ropa, notas que algo no va bien.

Uno de esos puntos críticos en el caso de la lavadora son las juntas de las puertas, donde se puede acumular cal o restos de suciedad. Para evitar que esta parte del electrodoméstico esté expuesta a la suciedad, hay un truco muy sencillo con los bastoncillos. Se pone en las juntas estos bastoncillos de los oídos o, en su defecto, pequeños palos de madera con algodón en las puntas.

Después solo hay que poner la lavadora con el detergente que se use habitualmente, una vez hecho, con estos bastoncillos se retira la suciedad que queda en las juntas. Su pequeño tamaño y la parte acolchada genera que sea más sencillo acceder a esa parte.

El truco con el que ahorrar en cada lavado

Una de las cosas que más molestan cuando metemos ropa para lavar en la lavadora es que cuando acaba la actividad, la ropa suele salir muy húmeda, llegando a estar mojada incluso. Es por eso que hay un truco con el que olvidar este problema de forma sencilla. Se trata del truco de la toalla y no se necesita ningún producto especial para ejecutarlo.

Tan solo hay que añadir la ropa y poner el modo de lavado que toque, es decir, efectuar un lavado normal. La única diferencia es que hay que estar atento para que, al final, cuando esté centrifugando para quitar el exceso de agua se ponga en pausa el proceso. Una vez paralizado, se extrae la ropa y se mete una toalla procurando que la toalla ocupe todas las paredes interiores del tambor.

Una vez conseguido este paso, se vuelve a introducir la ropa para finalizar el lavado, poniendo el modo centrifugado únicamente. Con esta función se consigue que la toalla absorba lo que queda de agua y la ropa salga más seca que de normal.