El arte de trabajar cuando otros descansan: las historias detrás de los que curran para que el resto disfrute

Personal de hostelería, comercio y guías turísticos reconocen el tirón de Avilés también en temporada estival: "El momento cumbre es el vermú del domingo"

Oficios de verano en Avilés. Camareros de El Bombé

Oficios de verano en Avilés. Camareros de El Bombé / Luisma Murias

Pelayo Méndez

El turismo en la zona norte del país está en pleno auge y Avilés no es una excepción. La huída natural de los lugares vacacionales más masificación orienta a muchos hacia nuevos destinos y, ante esta oleada, comercios o actividades directamente relacionados con el turismo deben reforzar en estas fechas sus plantillas de manera temporal.

De izquierda a derecha, Mónica Blanco, en la agencia de viajes en la que trabaja; Vanesa Varela en su negocio de souvenir y Hugo Santamaría, titular de un local de hostelería. | Luisma Murias

De izquierda a derecha, Mónica Blanco, en la agencia de viajes en la que trabaja; Vanesa Varela en su negocio de souvenir y Hugo Santamaría, titular de un local de hostelería. | Luisma Murias / Pelayo Méndez

La hostelería es uno de los sectores que más sufre la llegada de oleadas de nuevos visitantes. Se necesita gente cualificada, capaz de trabajar bajo presión y con cierta experiencia. Muchos de los propietarios coinciden en que cada vez hay menos interés por formar parte del sector. "Intenté contratar algún camarero más de cara al verano, pero no fui capaz. Así que tengo que cerrar dos días a la semana para dar descansos a la plantilla que tengo actualmente. A veces, da la sensación de que hay gente que no está interesada en trabajar", comenta Jose Llamazares, propietario del "Kfe de Jose".

 El arte de trabajar cuando otros descansan

El arte de trabajar cuando otros descansan / Pelayo Méndez

Ante las dificultades que se presentan a la hora de contratar gente preparada para desempeñar este trabajo, muchos propietarios están optando por optimizar los horarios, al máximo posible, sin hacer alteraciones en la plantilla. "Tengo un empleado y decidimos partir los turnos a la mitad durante todo el verano", reconoce Hugo Santamaría, propietario de la cafetería "La Florida" y uno de los hosteleros más jóvenes de la ciudad.

 El arte de trabajar cuando otros descansan

El arte de trabajar cuando otros descansan / Pelayo Méndez

Para ellos, igual que para otros muchos ‘oficios’ de verano , esta es la época con más carga de trabajo. No obstante, según los más veteranos del sector, Avilés es un caso especial, porque experimenta repuntes durante los fines de semana. "Los viernes y los sábados se nota, suele depender bastante del tiempo y de la temperatura. Pero, sin duda, el momento cumbre del fin de semana es la hora del vermú el domingo", matiza Matheus de Oliveira, camarero, durante todo el año, en el "Bombé", en la recién remodelada plaza de Pedro Menéndez.

La sensación del aumento de clientela durante los fines de semana está bastante expandida entre las personas con negocios estrechamente relacionados con el turismo. "Afortunadamente, aquí conseguimos tener un trabajo fijo. Evidentemente, los meses de verano son más duros y hay que trabajar más horas, pero durante el invierno, especialmente los fines de semana, siempre tenemos trabajo ya sea porque hay excursiones de grupos o eventos en la ciudad", explica María González, recepcionista en el Hotel "40 Nudos".

Los negocios que más notan la afluencia de turistas a la ciudad son aquellos que están pensados, básicamente, para quienes vienen de nuevos a la ciudad. Ejemplo de ello son las tiendas de regalos y souvenirs, las empresas dedicadas a hacer paseos en barco por la ría y los guías turísticos.

"El bajón es considerable. Ahora mismo estamos en un gran momento, pero conforme se acaba el verano se nota la decaída", afirma José Martínez, propietario de la tienda de souvenirs "Todo Astur". Uno de los métodos más habituales en este tipo de comercios, consiste en ir adaptando los productos a la clientela que se tiene en cada momento. "Durante el año, dependiendo de la época, cambio el tipo de producto que vendo. En invierno me centré mucho en las cestas navideñas y productos de regalo que pudiera consumir el cliente local", explica Vanesa Varela, propietaria de "Avilés que guapina yes!".

Estos comerciantes, afortunadamente, pueden adaptarse para sostener el negocio durante la época complicada. Sin embargo, los guías y los propietarios de la flota que pasea turistas por la ría lo tienen más complicado. "Nosotros solo trabajamos de junio a septiembre, pero en ese tiempo estamos a pleno rendimiento. Durante esos cuatro meses, el año pasado tuvimos 5.000 pasajeros", comenta Mario Bada, encargado de la empresa que realiza los viajes turísticos por la ría de Avilés. "Ahora en verano me centro en visitas individualizadas y luego en invierno trabajo con grupos. Al final, puedes compensar la caída que sufres con el trabajo de estos meses", añade Ana González, que es guía turística en estas fechas.

La excepción en la vorágine estival son las agencias de viajes. Dependen directamente del turismo, pero gracias a ciertos cambios de tendencia de sus clientes en la última década logran mantenerse activos todo el año. "Aquí ya no tenemos esa diferencia de carga de trabajo como había hace unos años. Ahora tenemos públicos diferentes, en invierno trabajamos más viajes de larga distancia y , en verano, ya nos centramos en los destinos vacacionales por excelencia", detalla Mónica Blanco, que es la encargada de la agencia "Viajes La Villa" y vicepresidenta de OTAVA (Asociación de Operadores Turísticos y Agencias de Viajes de Asturias).

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