Añade una bola de papel de aluminio a este electrodoméstico: "¡Cubiertos relucientes!"

Añade una bola de papel de aluminio a este electrodoméstico: "¡Cubiertos relucientes!"

Añade una bola de papel de aluminio a este electrodoméstico: "¡Cubiertos relucientes!"

No es fácil conseguir un lavado perfecto cada vez, pero hay pequeños trucos que pueden ayudarte a mejorar los resultados. ¿Por ejemplo? Una bola de aluminio en la lavadora.

Los aditivos químicos no siempre son la solución para conseguir una colada impecable. Además del coste de los distintos productos, hay otros factores a tener en cuenta.

A veces, si no se aclaran bien, determinados detergentes o aditivos se incrustan en las fibras y pueden provocar una especie de alergia.

El resultado son rojeces y picores, sobre todo en la piel de los niños, que es aún más delicada. La bola de aluminio suaviza la colada gracias a su acción específica de reducción de la electricidad estática.

Aluminio en el lavaplatos

Para limpiar los cubiertos en el lavavajillas, basta con coger un trozo de papel de aluminio, arrugarlo y crear bolas de aluminio. Coloca la bola en la cesta de los cubiertos y utiliza el aparato como de costumbre. Los residuos más resistentes y la suciedad se eliminarán con facilidad, dejando tus cubiertos perfectamente limpios y brillantes como nunca.

El papel de aluminio enrollado reacciona al entrar en contacto con las sustancias químicas del detergente para lavavajillas y el agua caliente. Tanto el detergente en polvo como las pastillas para lavavajillas se parecen al bicarbonato sódico.

El detergente, al combinarse con las partículas de aluminio, limpia las partículas de sulfuro de plata. De este modo, los cubiertos quedan brillantes y sin manchas. Este producto también es muy útil para eliminar las manchas de óxido de los cubiertos y pulir pequeños arañazos.

Necesitarás bicarbonato sódico, papel de aluminio, sal y agua caliente. Utiliza el papel de aluminio para cubrir el fondo del recipiente, añade 2 cucharadas de bicarbonato de sodio y sal.

A continuación, añade abundante agua caliente y mete los platos en la sal durante unos minutos. Después sécalos con un paño limpio y quedarán relucientes. Este truco es especialmente eficaz para la cubertería de plata. Otro truco interesante y eficaz es utilizar vinagre blanco, bicarbonato de sodio, un cepillo de dientes y un bol.

Dependiendo de la cantidad de plata que quieras pulir, tendrás que añadir suficiente vinagre y una o dos cucharadas de bicarbonato de sodio al cuenco. Mezcla bien los ingredientes y, con un cepillo de dientes, frota cada pieza de plata durante unos minutos. Déjalos a un lado para que la solución actúe. Por último, aclara los cubiertos con agua fría y sécalos con un paño. También puedes utilizar agua oxigenada y un algodón para abrillantar los cubiertos. Basta con mojar el algodón en el agua oxigenada y frotar enérgicamente cada cubierto. El resultado inmediato es un brillo extremo.

El aceite esencial de limón también da brillo a los cubiertos de acero inoxidable y deja un agradable aroma a limón.