El grupo "Café Quijano" estará en el teatro Jovellanos mañana, viernes, con sus boleros. Los hermanos leoneses Manuel, Óscar y Raúl Quijano, que atendió ayer a LA NUEVA ESPAÑA, han vuelto a lo más alto del éxito sin repetirse, de otra manera.

-En febrero del año pasado ofrecieron, también en el Jovellanos, la primera propuesta de "Orígenes: El bolero". ¿Qué reúne esta segunda entrega?

-El contenido del segundo volumen, con un directo que queremos lo más fiel posible al disco; es decir, con pocos elementos: acústicos, contrabajo, guitarra clásica española, requinto, percusión y chelo. Queremos que el concierto haga justicia al disco. Musicalmente, a mí me gusta que haya pocos elementos y que cada instrumento tenga el protagonismo en el momento adecuado: el requinto, la guitarra clásica o el contrabajo, que lleva el peso de la banda, mientras que el chelo da el color. No sé si es bueno ponerle nombre, pero sí creo que hay una pureza y que la música es natural.

-¿Qué tiene el bolero que no les da ningún otro género?

-Si repasamos la carrera de "Café Quijano", se verá que hemos hecho desde un pop-rock latino, como fue "La Lola", hasta un rock más eléctrico, caso de "La taberna del Buda" y "¡Qué grande es esto del amor!". Lo que nos da ahora el bolero es, sobre todo, que nos toca una fibra: la música con la que empezamos a tocar y la que escuchábamos en casa. Entonces, quizás, el bolero toca algo que pertenece a nuestras emociones primeras, primarias; digo primarias por los primeros años de nuestra vida.

-En algún sitio he leído que consideran el bolero algo así como la banda sonora de su infancia...

-Sí, nuestra generación es la que es y, obviamente, escuchábamos todo tipo de música, pero es cierto que teníamos una influencia muy importante de todo el folclore latinoamericano. Nos viene de nuestro padre, que era y es un gran amante de este tipo de música. En ese sentido, nos ha inculcado estos ritmos desde que somos muy pequeños.

-¿El bolero es un refugio, un bálsamo, ante una realidad como la que vivimos, cada vez más envilecida?

-El bolero no deja de cantar al amor y al desamos, pero de una forma intensa. La lírica del bolero suele estar cargada de metáfora; en algunos casos, con cierta grandilocuencia, y en otros, desde algo má simple, pero siempre con gran riqueza.Todo eso hace que se dirija a nuestra intimidad, pues nos calma, tranquiliza y envuelve; crea unos estados anímicos con bajada de pulsación.

-La primera entrega de "Orígenes: el bolero" fue disco de platino, y la segunda va viento en popa. ¿Esperaban esta gran acogida a la revisitación de un género clásico?

-Siempre decimos que ha sido igual que lo soñado y mejor que lo querido. Es cierto que, cuando planteamos hacer algo, queremos que salga lo mejor posible: la composición, la grabación, la interpretación o la promoción. Hay otra parte que depende del público; si una canción llega al público, es sinónimo de éxito y eso se traduce en ventas del disco y en que el público está dispuesto a pagar una entrada por verte. Por todo esto, estamos inmensamente felices de esa respuesta desde esa parte de la que ya no somos responsables.

-¿Y esas cifras indican que los jóvenes, de alguna manera, le han abierto un hueco en sus gustos al bolero?

-El bolero es un género que ha estado siempre ahí, desde el siglo XIX, y lo que hemos hecho es mostrarlo un poco más. Si perdura, es por su raíz. Sí nos ocurre, en las firmas de discos, que se acercan parejas de dieciocho o veinte años. Les preguntamos si les gustan los boleros y suelen responder: "Si esto que escuchamos son boleros, pues sí nos gustan". Quizás es que no lo conocían.

-¿Hoy sería posible una gira como la que hicieron en 2002, con doscientos conciertos y un millón de espectadores?

-Hoy, probablemente, no se pueda hacer ya. Antes había un gran apoyo institucional, de los Ayuntamientos. Hoy sería, no sé si decir que improbable o imposible.

- "Café Quijano" volvió a reunirse en 2010 después de tres años de ir cada hermano por su lado. ¿Va para largo?

-Sí. En 2010 regresamos, aunque la vuelta venía gestándose desde dos o tres años atrás. Necesitábamos el momento para que el grupo volviera a crear. Estamos felices y la respuesta del público, en España y Latinoamérica, es muy buena. Queremos seguir disfrutando de la música.