Las agresiones (en su gran mayoría verbales) al personal en los hospitales y resto de centros sanitarios públicos de Asturias aumentan cada año y 2023 mantuvo esa tendencia, convirtiéndose en el peor ejercicio hasta la fecha, con 413 casos. Es la conclusión principal que se extrae de un informe del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) recién publicado por la Oficina de Coordinación de Prevención de Riesgos Laborales y Salud Laboral.

Los datos sobre este tipo de situaciones se recopilan desde el año 2010. En el estudio correspondiente a 2023 se recoge que, de los 413 casos reseñados, 108 incluyeron algún tipo de ataque físico a los trabajadores afectados.

El análisis de los datos refleja que la mayoría de las agresiones las sufren enfermeras, con 155 casos durante el pasado año. Las siguen de cerca los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, con 101 situaciones reflejados en el informe.

Las mujeres, que son mayoría entre el personal del Sespa, son las más afectadas, con amplia diferencia. De todos los casos de agresiones, 334 las sufrieron las profesionales sanitarias, por 79 de los hombres. Por grupos de edad, casi la mitad de los casos afectaron a trabajadores de 55 años o más (49%). El área con más incidentes fue la de Psiquiatría, con 161 agresiones, y la siguiente, la de hospitalización, con 67.

La tendencia al alza es clara desde 2021. Antes de ese ejercicio, el número de denuncias por agresiones, tanto físicas como verbales, o las incapacidades temporales derivadas de ataques, había ido reduciéndose paulatinamente cada año. Pero a partir de 2020 se produjo un punto de inflexión: tanto las agresiones como las denuncias formalizadas aumentaron hasta alcanzar el máximo histórico observado el año pasado.

El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales atribuye el brusco aumento de las agresiones especialmente a los nervios y a la situación de alarma provocada por la pandemia de covid-19. Sin embargo, una vez superado este periodo marcado por el coronavirus, la situación no se ha relajado, sino todo lo contrario, tal y como refleja este informe, que apunta una tendencia alcista continua desde entonces.

Ante la situación comentada, la Consejería de Salud del Principado ha planteado la creación de un observatorio de agresiones a profesionales del Servicio de Salud, que permita hacer un seguimiento a las posibles situaciones de riesgo en los centros del Sespa, así como garantizar el cumplimiento de derechos de los sanitarios, velar por su seguridad desde los organismos competentes y dotar a los agredidos de los mecanismos para realizar las denuncias que puedan darse.

Este observatorio también tendría como labor principal servir de enlace y foro de diálogo permanente entre el Sespa, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los sindicatos representantes de los profesionales de la salud. El informe propone dar cobertura al profesional, tanto física como psíquica, y asistencia jurídica.