A ritmo de la canción “Adiós con el corazón”, cantada por parte de su familia, que estaba debajo de la barca más famosa de Cudillero, Cesáreo Marqués se despidió tras cuarenta años del rito de l’Amuravela. El pixueto, voz histórica del sermón el día de San Pedro, dijo adiós a su pueblo, aunque de manera parcial. Juan Luis Fernández tomará a partir de ahora el testigo, aunque la redacción del texto seguirá corriendo de su parte. “Hoy es un día para dedicarle especialmente a todos los vecinos esta última Amuravela”, confesó Marqués, visiblemente emocionado.