La tromba de agua que cayó en Oviedo alrededor de las cinco y media de la tarde de este martes ha convertido algunas calles de la ciudad en auténticas piscinas, lo que ha traído consigo problemas de tráfico y atascos en algunos puntos del núcleo urbano. La tormenta fue de tal calibre que en muchas zonas se colapsaron los sumideros y las tapas de las alcantarillas saltaron por los aires debido a la presión del agua.

El chaparrón verdaderamente intenso duró alrededor de diez minutos, pero cayeron tantos litros por metro cuadrado que, en calles como Hermanos Pidal o Marcos Peña Royo, entre otras muchas, el agua cubría casi por completo las ruedas de los coches. La lluvia también inundó algunos comercios y locales hosteleros situados en las zonas especialmente afectadas de la ciudad. “Jamás había visto llover así”, decía un vecino de la calle Calvo Sotelo al que el paraguas no le daba para cubrirse del chaparrón.

Por el momento sigue lloviendo con mucha intensidad en la capital del Principado y las inundaciones van a más. Los bomberos ya están alerta para actuar ante posibles emergencias.