La fábrica de armas de La Vega cambió ayer de aspecto y acogió una masiva celebración de todos los sectores que hacen posible la fabricación y consumo de la bebida autóctona por excelencia. La 13ª edición del Salón "Sidra de Asturias" reunió a cosecheros, hosteleros, productores, llagareros y autoridades. Todos ellos se conjuraron para conseguir que la cultura sidrera asturiana sea nombrada a final de año Patrimonio Mundial de la Unesco. La cita, organizada por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) sirvió para entregar el premio a la mejor sidra natural del año, que recayó en la Val de Boides, del Llagar Castañón, con sede en Quintueles (Villaviciosa).

Los expertos de la DOP eligieron como segunda mejor sidra natural la Prau Monga de La Viuda de Angelón (con llagar en Llames, Nava). Mientras que la medalla de bronce se quedó en Oviedo gracias a la Zhythos del Llagar Herminio, en Colloto. También se premió a la mejor sidra natural filtrada, que fue la Españar (Villaviciosa) y a la mejor sidra espumosa, la Valle Ballina y Fernández, también del concejo maliayo. Otro de los atractivos de esta cita fue conocer al nuevo embajador de la DOP, que como es tradicional salió de un barril de sidra al final de la gala. Este año el honor recayó en Javier Hernanz, expiragüista profesional y actual presidente de la Federación Española de Piragüismo.