La gran caminata maliayesa: una noche a pie para ir de la Villa a Covadonga

Thomas-Michael Jaeschke Lanz, alemán de 77 años, entre los participantes

Los caminantes, en la Santa Cueva.

Los caminantes, en la Santa Cueva.

V. Alonso

La Asociación de Amigos de la Cueva de Covadonga celebró la 38.ª edición de la marcha nocturna desde la Villa al santuario de Covadonga. Este año fueron más de treinta personas las que partían desde el monasterio de las Clarisas, para, tras trece horas de caminata,  llegar a la Santa Cueva para visitar a  la Santina

Entre los participantes hubo maliayeses, además de caminantes de diferentes partes de Asturias y también de Alicante, Cantabria, Guadalajara o Zaragoza. De Santander llegó Alejandro Llano con sus hijos Andrea y Javier, y dos amigos: Jesús y Samuel.

Llano, que llevaba varios años sin realizar la ruta, explica que volver a Villaviciosa para hacer este camino y ver a los amigos es "un regalo". "Hace tres décadas llegué a la Villa para trabajar y aquí estuve viviendo más de cinco años. Sentí una acogida especial, quedando enamorado de su paisaje y sus personas. He hecho esta ruta en dieciocho ocasiones, pero hacía años que no venía. Ahora, vuelvo acompañado de mi hija que nació aquí en la Villa, mi hijo y unos amigos, porque hacer el Camín a Covadonga es una experiencia vital, un encuentro con los amigos, una muestra de devoción por la Santina, una satisfacción tras el esfuerzo y un disfrute de la montaña asturiana", explica el cántabro. Además, antes de la salida también quiso disfrutar con sus hijos y amigos de una buena comida con fabada y sidra, y de un paseo por la Villa y su ría

El alemán Thomas-Michael Jaeschke Lanz, de 77 años, estaba muy animado porque iba a hacer la ruta por primera vez. “Hace años que tengo amigos aquí en Villaviciosa, siempre me habían invitado a participar en esta ruta nocturna y por fin este año me he decidido a hacerla. Es un gran desafío para mí con 77 años, ya que me va a requerir un gran esfuerzo, pero me hace ilusión visitar este lugar tan mítico como es Covadonga, recorriendo antes unos paisajes de naturaleza asturianos tan impresionantes", explicaba el germano a la salida.

Tras una caminata de algo más de 50 kilómetros, tras la llegada al Santuario, el programa marcaba una visita a la Santina con una misa en la Santa Cueva oficiada por el dominico Padre Valdés para recordar a los socios fallecidos en los últimos años. Los peregrinos tenían previsto celebrar el tradicional almuerzo de confraternización en el Gran Hotel Pelayo, con entrega a todos de los certificados de la XXXVIII Marcha nocturna a pie a Covadonga. Además, en esta edición, se entregó el "bastón rotulado" del colectivo a Olga Vallés Fernández, de Gijón, que lleva haciendo esta ruta cinco años.

"Esta es una peregrinación en equipo en la que todos somos amantes del senderismo y de Covadonga. Ver a todos disfrutar de esta ruta  con tanta camaradería es una experiencia admirable", destaca Ramón García, presidente del colectivo.