Guillermo Simón retrata a los peregrinos del "camino interior": la Fundación Cardín dedica en Villaviciosa una gran exposición al pintor maliayés

La muestra está inspirada en los caminantes de la ruta jacobea con un claro protagonismo de la silueta humana

Guillermo Simón, en su estudio, con una de las obras que forman parte de "Huellas errantes".

Guillermo Simón, en su estudio, con una de las obras que forman parte de "Huellas errantes".

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

La pintura, dice el artista plástico maliayés Guillermo Simón (1969), es un peregrinaje en búsqueda de la belleza. Esta idea articula la exposición titulada "Huellas errantes" que el próximo jueves 4 de julio inaugura, a las 19 horas, en la Fundación José Cardín de Villaviciosa y que estará abierta hasta el 22 de septiembre. Son 57 obras –óleos, dibujos y acuarelas– en las que la figura humana, un elemento que ya asomó en la obra que Simón hizo durante la pandemia, transita ahora por la obra de un artista caracterizado por una exploración pictórica a medio camino entre la abstracción expresionista y el paisajismo, casi siempre con el mar o el agua en sus diversas formas como motivo. En esta nueva serie, el protagonismo se lo concede a una silueta humana que se interna, casi siempre de espaldas, en texturas que siguen siendo acuáticas: la niebla, la lluvia, pero también el mar, envuelven a estos ensimismados caminantes.

El título de la muestra, explica Simón, "hace alusión al camino, al peregrino, con guiños al Camino de Santiago. Las huellas son los pasos errantes del peregrino". Esta nueva muestra "es el resultado de dos años de trabajo" y también la continuación de una serie iniciada con "Sombras de luz y agua" presentada en 2022, donde reflejaba su encuentro personal con el paisaje acuático de la ría de Villaviciosa en tiempos del covid. En esta ocasión, lo que inspiró al pintor fueron "los peregrinos que a diario pasan delante de mi estudio, que se encuentra en el Camino de Santiago". Los caminantes, añade, "aparecen como mareas constantes de la primavera al otoño en su paso por el entorno de la ría de Villaviciosa". La atmósfera envolvente de cada obra habla, en realidad, del "camino interior" de su protagonista. Como dice Simón, "lo importante no es llegar, sino el viaje".

Guillermo Simón, en su estudio, con una de las obras que forman parte de «Huellas errantes».’

Guillermo Simón, en su estudio, con una de las obras que forman parte de "Huellas errantes". / LNE

La exposición cuenta con un cuidado catálogo diseñado por Manuel Fernández en el que, además de los cuadros de Guillermo Simón, aparece una serie de fotografías en blanco y negro del propio pintor, donde expande esa reflexión sobre los caminantes, el camino y la huellas que van dejando en el paisaje al tiempo que el paisaje imprime su huella en el interior del peregrino. En el catálogo, en el apartado dedicado a las pinturas de que protagonizan la exposición, se publica también un poema de Irene Llada Balbín, cuyo primer verso puede ser el primer paso hacia una reflexión acompañada de la contemplación de las obras: "¿Qué camino toman los pensamientos que van a la par que nuestros pies?".

El catálogo está prologado por Ana Fernández, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo. A su modo de ver, los protagonistas de estas obras "son peregrinos que sencillamente caminan, sin nombre, sin identidad... Solo como manchas que construyen formas. Hombres y mujeres solitarios (incluso cuando están acompañados) Gente anónima, sin historia, silenciosa… que nos da la espalda, que parecen huir de toda proximidad porque quieren hacer su camino interior". En otro de los textos que acompañan al catálogo, Carlos Hevia incide en la importancia que para el ser humano tiene la actividad andariega: "Pasear, peregrinar, caminar siguen despertando en nosotros el deseo de una vida nómada. Viajamos para descubrir que la esencia está dentro de nosotros y nos alejamos para encontrarnos".

Las exposición se podrá visitar en horario de martes a domingo, de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, en la Fundación Cardín de Villaviciosa (calle Eloísa Fernández, 2).