Opinión

Respuestas cautivas

A raíz de todo lo acontecido a lo largo de esta última semana han sido muchas las preguntas que se han dado cita en mi cabeza. ¿Cuántas veces ponemos al día “cara de póker”? ¿Sabemos que lo hacemos intencionadamente o ya es algo habitual? ¿Mentimos y disimulamos por norma? ¿Respondemos con la verdad o somos cautivos de algo? ¿Interesa o no decir la verdad?...

Hasta pasadas las siete de la tarde del pasado domingo el Real Oviedo estaba -provisionalmente- en la Primera División del fútbol nacional pero pese al empuje y cariño de todos los oviedistas, en apenas tres o cuatro minutos, todo se vino abajo. Sus socios y aficionados llevaban esperando veintitrés largos años para regresar a la máxima categoría y al final no fue posible. Lágrimas y tristeza total a pesar de lo cual se recibió a la expedición de madrugada entre aplausos y bengalas de color azul. En la próxima campaña el equipo seguirá en la división de plata.

Fue a partir del lunes cuando -posiblemente- más del 80 ó 90% de los socios y seguidores oviedistas aguardaban ansiosos que Luis Carrión -el entrenador que casi ha hecho rozar la gloria a un equipo y una ciudad- y el Grupo Pachuca México, propietario del club, diesen a conocer la noticia de la continuidad del míster. Sin embargo las horas fueron pasando y sólo hubo silencio por respuesta sin noticia ni confirmación por ninguna de las partes.

Un día después, el martes 25, Jesús Martínez declaraba que “se mostraba muy optimista” con Carrión tras la reunión que habían mantenido en el Hotel de La Reconquista. Y ello hace disparar todas las alarmas cuando el entrenador catalán anuncia seguidamente que en un plazo de 24 horas dará su respuesta definitiva. Las espadas están en alto. No se dice toda la verdad. Una verdad que parece cautiva y la cosa huele mal pues se empieza a hablar de otras opciones como las de Rafa Márquez e Iván Ania que acaba de ascender al Córdoba.

Al mediodía del miércoles 26 llega la estocada -trasera- y casi definitiva cuando Martín Peláez lanza el siguiente titular: “Soy optimista siga o no Luis Carrión porque el Real Oviedo está por encima de las personas”. Eso en castellano -no sé en Méjico- suena a pues “apaga y vámonos” que ya está dicho todo. Llegados a este punto les invito a todos ustedes a que vuelvan al primer párrafo que he escrito hoy: ¿Interesa la verdad?

Si cualquiera de nosotros fuéramos Luis Carrión ¿Qué haríamos? Tal vez la oferta que le presentaron no era tan irrechazable como alguno se atrevió a decir. O quizás el entrenador sabía que la propuesta de la U.D. Las Palmas era superior a la que se le estaba ofreciendo en esa reunión. ¿Entrenar en primera o volver a luchar para intentar llegar a ella? Para sentimentales y sensibleros como es mi caso si yo fuese Luis Carrión seguiría peleando en Oviedo y por el Oviedo con el apoyo de toda la afición. Hasta los padres del entrenador así lo manifestaron en público con un “ojalá siga aquí”).

Pero no olvidemos que el fútbol es dinero y más dinero. Los sentimientos y el corazoncito por un equipo se olvidan cuando te ofrecen diez millones de euros por sólo dos temporadas en Arabia Saudí y si no que se lo pregunten a “Nacho” Fernández (34 años), después de toda su vida en el seno del Real Madrid.

De cara a la galería el actual ser humano de nuestra sociedad manifiesta lo que cree que le conviene. La gente no suele decir la verdad e incluso, hay individuos e individuas -como se dice ahora- que mienten como bellacos y bellacas. Que no les hace temblar el pulso ni les carraspea la voz cuando escupen insultos, mentiras y barbaridades por sus bocas.

Todavía desconocíamos la respuesta del entrenador. Si Luis Carrión hubiera sido como aquél humorista argentino llamado Joe Rígoli, el famoso “Yo sigo” de Felipito Tacatún ya nos lo habría aclarado. Pero en esta especie de vodevil basado en la intriga y el equívoco empiezan desde el Real Oviedo a salir nombres de posibles sustitutos del técnico catalán como Luis García, Pacheta y Jokanovic sin que todavía hubiera abierto la boca el ya nuevo entrenador de los canarios. Quedaba claro que los dirigentes de Pachuca ya sabían de la marcha de Luis Carrión tuviese o no firmado algún acuerdo con el club insular. En la parte final llegarían los dos minutos y nueve segundos del video del adiós del míster dando las gracias a todos, a Asturias, a Oviedo y al Real Oviedo y “…A todos por las muestras de cariño mostradas durante el año (durante el play-off fue algo increíble). Siempre me alegraré de los éxitos del Real Oviedo…”.

Sinceramente tampoco me esperaba una despedida así de triste y pobre de alguien que ha sido amado y casi idolatrado por una afición que quedó abatida y lloró desconsoladamente por no haber logrado el objetivo. Tuviese o no tuviese firmado algo, el entrenador esperó tres días por la tristeza que invadía a jugadores y aficionados por el palo recibido. Y personalmente, eso lo puedo entender. Con lo que no estoy tan de acuerdo es con el furibundo y despiadado ataque a Luis Carrión que se iniciaría casi simultáneamente en las redes sociales. Algo así como una especie de ‘caza de brujas’ en su contra no sé si por su marcha a Las Palmas o por no haber seguido en Oviedo.

¿Dónde está el señorío de los oviedistas? ¿Se han olvidado de golpe los vítores y aplausos a entrenador y plantilla o las lágrimas derramadas por casi todos al no consumarse el ascenso hace tan solo siete días? Me dio pena y sentí vergüenza al leer lo escrito en RR.SS. por quienes dicen ser aficionados carbayones. Quizás por parte del exentrenador no ha sido la mejor manera de despedirse. Su labor profesional -al menos desde fuera- ha sido intachable además de valorada y reconocida por todos. Pero tal vez haya que darle a Luis Carrión el beneficio de la duda (como decía José María García), pues quizás no ha tenido otra forma u opción de lidiar su despedida o adiós y en ello han podido influir múltiples razones por una y otra parte.

Hablo de razones o factores que, por parte del Real Oviedo pueden ir desde la falta de acuerdo en el tema económico para seguir una temporada más o quién sabe si la imposibilidad de determinados fichajes que bien pudo solicitar el míster. Nadie comentó ningún nombre ni cifra alguna. Por parte de Luis Carrión, se me ocurre que valoró muy mucho dar el salto directo a la Primera División (sin play-off ni nada), además de tener sobre otra mesa un contrato amarillo -no por una- sino para las dos próximas temporadas. Creo que nunca sabremos de verdad que se coció durante esta última semana en el Hotel de La Reconquista o de mucho de lo que se habló en los despachos del club azul o en El Requexón. Tampoco lo que podía estar negociando con los canarios Joaquín Vigueras, representante murciano de Carrión.

José Luis Garci rodó en Asturias en 1982, aquella inolvidable y oscarizada película titulada “Volver a empezar”. Eso es lo que le toca ahora al Real Oviedo, al equipo de la capital del Principado pero además, apuntando a lo más alto desde el comienzo de la Liga en A Coruña. De momento Santi Cazorla va a seguir en “su casa” para predicar con el ejemplo al tiempo que se habla del alejamiento de Leo Román (ya hay contactos con Aarón Escandell), y de Borja Bastón al que parece esperan en el Pachuca mejicano…

Y para finalizar una petición -si me dejan- para todos los aficionados: Que no decaiga el ímpetu, la ilusión y la alegría azul y desbordante que hubo en Oviedo durante este último mes de junio. Volver a primera parece ahora más fácil porque se ha estado muy cerca. Ojalá acierten los dirigentes del club y en 2025 podamos celebrar el tan deseado ascenso veinticuatro años después.