Opinión

Eslovaco

Oigo en la radio una entrevista ya empezada a una mujer que se da de culta. Como desconozco su profesión, no sé si es periodista, traductora o simplemente amante de su súper ego.

La cosa se tuerce cuando empieza a criticar a los periodistas que pronunciaron mal el nombre de Fico, el primer ministro Eslovaco que fue disparado en plena calle. Explica consternada que en eslovaco, idioma que no se da en las Escuelas de Idiomas ni en las academias al uso, la pronunciación es fizzo, no Fico. Mira que hay que ser ignorante.

El locutor le da la razón y pronuncia Fizzo un par de veces para que todos nos demos cuenta del tremendo error que estamos haciendo al no saber eslovaco y tirarnos a la piscina sin saber lo que cubre.

-"Ya sabía yo que cuando dieran la noticia lo iban a pronunciar mal, pero en fin, así es la gente", dice la culta mujer.

Me revuelvo incómoda en el coche y pienso en qué dirá a continuación.

-"Eso es como cuando la gente decía Miterrrrand en vez de Miterand , por Dios, que azote. Era insoportable oír las noticias", añade la señora.

Cambio al instante de emisora porque tanto engolamiento me ataca las mitocondrias.

Hay que ser soberbio para corregir a la gente que no pronuncia palabras correctamente en otro idioma y afeárselo. Un profesor de idiomas puede y debe hacerlo con sus alumnos, pero que una persona soberbia de lecciones en la radio y pontifique sobre lo mal que se habla eslovaco, me parece muy feo.

Esta breve conversación en la radio me recordó la anécdota de Unamuno cuando alguien se rio de él por pronunciar mal Shakespeare y siguió la charla en inglés.

En fin, como decía Montaigne: en el trono más alto del mundo todavía nos sentamos en nuestro propio trasero.

Pues eso, más humildad y menos fonética.