La planta DRI que sustituirá al horno alto de ArcelorMittal obtiene el permiso ambiental

La multinacional aún no ha dado el visto bueno definitivo al proyecto de descarbonización, que incluye un reactor de 155 metros de altura

Los hornos altos de ArcelorMittal en Gijón. | Juan Plaza

Los hornos altos de ArcelorMittal en Gijón. | Juan Plaza / Javier Cuartas

Pablo Castaño

La planta de reducción directa de mineral de hierro (sistema DRI) que proyecta ArcelorMittal para sustituir uno de los dos hornos altos de Gijón ha superado el trámite ambiental. Esta instalación, que forma parte del paquete de inversiones de más de 1.000 millones de euros para la descarbonización de la cabecera siderúrgica de Asturias, aún está pendiente de aprobación definitiva por parte de la multinacional, que ha paralizado temporalmente todos sus proyectos de DRI en la Unión Europea a la espera de que se despejen las incertidumbres es el sector del acero y se clarifiquen los escenarios de costes energéticos.

La Consejería de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico ha formulado la declaración de impacto ambiental de la planta DRI de ArcelorMittal en Gijón, proyectada para sustituir al horno alto A y al sínter B y alimentar de prerreducidos de hierro a la futura acería híbrida de arco eléctrico que la multinacional ya ha aprobado para la factoría de Veriña. El Principado considera viable ambientalmente el proyecto, que tuvo superar varios requerimientos adicionales por parte de la Confederación Hidrogáfrica del Cantábrico. En la declaración de impacto se establecen una serie de medidas y condicionantes que deberán cumplirse para no superar los valores límites de emisiones, minimizar las emisiones difusas, gestionar los residuos y suelos contaminados o evitar impactos en el dominio público hidráulico, entre otros aspectos.

El DRI es un producto intermedio del proceso siderúrgico en forma de hierro metálico que se producirá en la nueva planta mediante un proceso de reducción, en el cual se elimina el oxígeno del mineral y se le añade carbono, dando lugar a un material con un contenido aproximado de un 94 % en hierro y un 2-3,5 % en carbono.  

Las instalaciones proyectadas tendrán como elemento más identificable una torre de reducción, que incluye un reactor, con una altura de 155 metros.

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