Opinión

Pisos turísticos y alquileres

Por un plan de vivienda entre ayuntamientos, comunidades y Estado

La moratoria de licencias de pisos turísticos en los principales barrios de Gijón puede haber tenido un efecto contrario al que se pretendía al desplazar nuevas licencias a barrios en los que los alquileres eran más asequibles. Los pisos turísticos constituyen un problema, y la solución no puede venir de leyes locales, de una especie de taifas en las que cada uno va por libre. La Comunidad está haciendo una ley que puede invadir competencias, en Gijón intentamos ganar tiempo para ver por dónde salimos, en Barcelona van a lo grande y anuncian una medida que en mi opinión es irrealizable; cada uno hace la guerra por su cuenta y así no vamos a ningún sitio.

Habría que empezar por multiplicar las inspecciones, localizar pisos no legalizados y clausurarlos, limitar el número de licencias fijando normas de funcionamiento, y aplicar una fiscalidad que no les de ventajas frente a otros establecimientos de hotelería.

Pero no podemos utilizar la disculpa de los pisos turísticos para justificar un problema, el de la vivienda, que ha pasado del octavo al segundo lugar en la preocupación de los españoles, que no tiene visos de solución y del que se habla más de lo que se actúa.

Hacen falta miles de viviendas sociales cuya puesta en el mercado sea lo más urgente posible, de nueva construcción o incentivando los alquileres de viviendas vacías, con leyes que protejan al pequeño arrendador, y que impidan que grandes fondos internacionales sigan controlando el mercado comprando bloques enteros de viviendas sociales y enriqueciendo a familiares de salva patrias a costa de los mas vulnerables. Hace años en Gijón fracasó un plan para incentivar los alquileres que pretendía liberar al propietario de trámites y problemas ya que el Ayuntamiento se comprometía al pago de los alquileres y a la devolución del piso en las condiciones iniciales. Parecía un buen plan, habría que estudiar las razones de su fracaso y corregirlas. No hace mucho que en Gijón, una empresa que había obtenido licencia para construir pisos destinados al alquiler, solicitó el cambio para vivienda libre, no sé en qué paró el tema, ni siquiera si paró, pero hay que terminar con argucias de este tipo.

La Sareb se propone convertirse en Agencia Pública de Alquiler, es un buen principio, pero hablan de 2027, falta mucho y hay que ir a por más. Es necesario un plan de vivienda en el que colaboren ayuntamientos, comunidades y Estado poniendo terrenos y medios para que las promesas electorales de nuevas viviendas se hagan realidad, un plan de obligado cumplimiento que no pueda alterar un político que quiera hacer oposición o negocio a costa de los más débiles, que blinde la propiedad pública de las viviendas de alquiler y establezca límites para transmitir las destinadas a la venta.

Hay personal en las distintas administraciones para ponerse ya a trabajar, no es algo nuevo, en toda España y en Gijón también, tenemos barrios que nos muestran el camino, es cuestión de priorizar el tema vivienda, y buscar una solución a corto plazo con voluntad, rigor y seriedad, sin la banalidad de las promesas electorales.

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