Opinión | Palabras con silencios

Humanismo antes que política

Canarias es la nueva Lampedusa, sobre todo la isla del Hierro, apuntaban los obispos canarios en nota publicada en octubre pasado. Denunciaban la indiferencia de los gobiernos europeos que, reunidos en Granada esos días, declinaron abordar y dar respuesta al gravísimo problema político, social y humanitario de la migración que afecta a toda la UE. Clamaban ante la masiva llegada de menores de edad del continente africano, causada sobre todo por la inestabilidad de Senegal, de los países del Sahel y la devastación por el cambio climático, que empujaban a "seres humanos" a huir buscando un futuro mejor. Denunciaban la insuficiencia de infraestructuras de acogida y la vulneración de los derechos humanos. Señalaban sobre todo la inducción de guerras, la explotación de las materias primas, el sostenimiento de dictaduras, el tráfico de armas, el poder de las mafias… En ese continente y la falta de una migración regulada que pueda poner punto final a la inhumanidad de la situación actual. Rechazan la xenofobia al extranjero y los discursos alarmistas. Alababan el trabajo del Servicio Marítimo de la Guardia Civil que salva tantas vidas, los llaman "ángeles custodios" en nuestros mares.

Este 1 de julio han vuelto a alzar la voz de alarma ante la situación insostenible que califican de "contingencia humanitaria". Cerca de 6.000 menores no acompañados (menas) están en las islas en situaciones humanamente deplorables. Reclaman una ayuda solidaria. La iglesia de Canarias ha puesto todos sus locales disponibles para la acogida, incluido el seminario de Tenerife. Tres sacerdotes se han ofrecido como voluntarios de Cruz Roja y Protección civil para procurar la mejor atención en su llegada a los Centros de Atención Temporal (CATE). Caritas y sus voluntarios están ofreciendo una ayuda no solo en las islas, sino colaborando con las Caritas en los países de origen africanos.

El jueves pasado, ante la situación política creada por algunos partidos, el obispo canario Mazuelos hizo una urgente llamada a la solidaridad, poniendo un ejemplo claro: Ante un incendio, lo primero es la evacuación de las personas. Luego la denuncia y crítica de las causas. Añadió más: Canarias es España, aludiendo al sentido patriótico. Y en cuestión de principios, el primero es el de la humanidad.

La solidaridad es un imperativo moral, no es una opción negociable. Y para los que se inspiran o practican un humanismo cristiano es una consecuencia esencial de esa cultura y, sobre todo, de la misma entraña de la fe. "Apelamos al resto de las comunidades autónomas y a la apertura y a la solidaridad internacional", demandaban impotentes los obispos canarios.

La migración es uno de los retos más preocupantes de la humanidad. El Mediterráneo ha pasado de ser la cuna de la civilización a la tumba de la dignidad. La historia enseña que los migrantes no son invasores sino fuente de enriquecimiento cuando son integrados.

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