Análisis

La gran coalición europeísta resiste y gobernará la UE pese al auge de la ultraderecha

El auge de los radicales hace temblar a los gobiernos de Francia y Alemania

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. / AP

Mario Saavedra

El tsunami de ultraderecha que se esperaba en las elecciones europeas de este domingo se ha quedado en una marea. Los partidos europeístas de centro ganan con claridad la mayoría del Parlamento Europeo: 65% de los votos para conservadores, socialistas, liberales y verdes. Solo los tres primeros partidos ya tienen 407 escaños de un total de 720, según los datos provisionales. Pueden reeditar sin problemas la “gran coalición” que ha permitido a la UE funcionar este lustro y aprobar centenares de leyes clave en economía verde, cambio climático, migración o digitalización.

Pero el auge ha provocado de los partidos radicales de derechas ha provocado un auténtico terremoto especialmente en tres países. En Francia, donde el presidente Emmanuel Macron ha decidido disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones tras el desplome de su partido (13 escaños para Renacimiento) y el auge del de Marine Le Pen (30 para Reagrupación Nacional). En Alemania, donde los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz se han desplomado (hasta los 14 escaños) y han sido sobrepasados por la ultraderecha de Alternativa por Alemania (con 15 eurodiputados), otra de las sorpresas de la noche. O en Austria, donde han quedado como primera fuerza con seis escaños, uno más que los populares. 

Más previsible, pero no menos importante, es la victoria clara de Hermanos de Italia, con 24 eurodiputados, dos más que los socialistas italianos. La primera ministra Giorgia Meloni es una de las figuras en auge de la ultraderecha europea, junto a Le Pen, y está en el epicentro del vaivén político bruselense de los últimos meses. La corteja la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen que, sin embargo, con los resultados de este domingo no tiene necesidad aparente para aproximarse a ella, puesto que puede conseguir de sobra los votos para ser reelegida sin salir del centro.

La UE gira a la derecha

Uno de los resultados más claros de la noche electoral de este domingo es que Europa gira claramente hacia la derecha. Porque sube el Partido Popular Europeo más de 13 escaños, hasta los 189. Porque suben los dos principales grupos de ultraderecha, Conservadores y Reformistas e Identidad y Democracia, en total 13 arriba hasta los 130. Y por la sorpresa que han dado tanto Alternativa por Alemania o por los húngaros de Víktor Orban, que se llevan 10 escaños, y más del 50% de los votos. 

Y mientras la derecha sube, la izquierda baja. El Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) se mantiene en los 139. Pero la Izquierda pierde dos y los Verdes, que fueron cuarta fuerza, pasan a la sexta posición y se dejan 18 asientos, hasta los 53.

Aunque el mayor desplome es el de los liberales de Renew. Descuentan 19 escaños en el Europarlamento, hasta los 83. Su partido nodriza, el Renacimiento de Macron, ha implosionado y se ha dejado la mitad de los eurodiputados por el camino.

Apoyos para la presidencia de la Comisión

Los partidos de centro tratarán de buscar una coalición europeísta. La actual presidenta Ursula von der Leyen ha corrido a comparecer incluso antes de que cerraran los colegios electorales (a las 23:00), para mandar un mensaje claro: quiere llegar a un acuerdo con socialdemócratas y liberales para construir una nueva mayoría proeuropea: “Construiremos un bastión contra los extremos, de la izquierda y la derecha”, ha afirmado. Se desdice así de los mensajes lanzados durante la campaña electoral, con guiños en especial a la lideresa italiana Giorgia Meloni. La línea roja se la han vuelto a poner este mismo domingo desde el S&D: no puede contar con los votos de socialistas y demócratas europeos si al mismo tiempo pide los de la ultra italiana. 

Todo comenzará a resolverse en el Consejo Europeo de finales de este mes. Ahí lo más esperable es que la izquierda y el centro den el visto bueno a Von der Leyen como candidata de la lista claramente ganadora, el PPE. Podría haber alguna sorpresa, como que se presentara otro candidato, como el italiano Mario Draghi, que suscitara más consenso. 

En cualquier caso, el candidato que salga del Consejo Europeo gracias a la mayoría cualificada de los 27 países que lo forman no tendrá problema aparente en obtener la mayoría de 361 votos necesarios en el Parlamento. 

No es descartable una suerte de geometría variable para los próximos cinco años de legislatura. Que las leyes a iniciativa de la Comisión se aprueben unas veces con socialistas, liberales y verdes y otras con los ultraconservadores y extrema derecha de forma ocasional.

Ya después del verano es de esperar que comience el proceso de elección de los comisarios, en los que cada país suele poner uno y hay una pelea por los puestos más elevados. 

Aportaciones del PSOE y del PP

Los socialistas españoles han aguantado el envite de un entorno que no es favorable para el centro-izquierda europeo. El PSOE sería la delegación nacional más numerosa del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas: 20 de los 135 eurodiputados en total. Le siguen el Partido Democrático italiano, con 19. El SPD del canciller alemán Olaf Scholz ha sido el gran chasco de la noche, con una caída que le deja en tan solo 15 eurodiputados. Se compensa por los socialistas franceses y rumanos aportarían otros 13 eurodiputados cada uno.

Los populares españoles sumarán 22 escaños a los 189 de su grupo PPE, que aguanta gracias a la fuerza de los democratacristianos alemanes de la CDU con 30 escaños más y a los polacos de Donald Tusk, otra de las sorpresas de la noche, con 20 escaños y ligeramente por encima de los conservadores de Libertad y Justicia.