Opinión

De Falla, de la mano de Arturo Obegero

El joven diseñador de Tapia de Casariego continúa creciendo

Los caminos del arte siempre tienen ida y vuelta. Resulta que el citado músico gaditano incluyó dos bailes asturianos en su zarzuela "Limosna de Amor" (1902). Nada extraño, teniendo en cuenta que también al menos tres palos flamencos, la praviana", el garrotín y la farruca tienen pedigrí asturiano. Nada extraño, cuando también nuestro gran Martínez Torner, en su "Cancionero de la Lírica Asturiana" (1920), incluyó más de un diez por ciento de canciones de origen andaluz. Caminos de ida y vuelta, como recuerdo.

Pues bien, ahora es el gran creador tapiego Arturo Obegero quien, con la inspiración de "El amor brujo" de Manuel de Falla, inicialmente concebido para un ballet, ha presentado en París su décima colección de alta costura. Y es que París siempre ha sido la pirotecnia cultural capaz de alumbrar a los mejores artistas mundiales.

El compositor, criado cerca del puerto marinero de Cádiz, a menudo adoptó una cierta francofilia musical que, no obstante, nunca empañó su pentagrama de aire español.

Mientras, Obegero ha sido capaz tanto de reclamar humildemente la colaboración de sus amigos tapiegos para hacer acopio de cristalíus del pedrero del Puerto de Tapia, y emplearlos de complemento en sus diseños, como de dejarse querer por celebrities de fama mundial que quieren lucir sus creaciones, y por millones de personas interesadas en disfrutar los videoclips de sus presentaciones.

Así pues, y alejado de extranjerismos, Obegero dio en bautizar sus primeras colecciones artísticas con los nombres de su propio entorno familiar.

Nada le impide, en cualquier caso, a este artista de Tapia de Casariego que sus modelos, igualmente de aire español, desfilen por las más acreditadas pasarelas y que, en este caso, ahora sí, sean bautizadas en modo internacional. París siempre será París, y con el tapiego Arturo Obegero parece que mucho más.

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