Opinión | L’aprecederu

Se les ve el plumero

Las paredes de mi ciudad se van poblando de pintadas dobles, pareadas una con otra. Una dice "OTAN no", la otra "No a la guerra". Obviamente, el manifiesto bífido tiene como referencia la guerra de Ucrania, es decir, la invasión por parte de Rusia del territorio ucraniano. De referirse a la guerra de Gaza, hubiese aparecido este nombre, o el de Israel, pero nunca el de la OTAN.

¿Y cuál es el contenido real de esa chafarrinada bifronte? No es, evidentemente, el "No a la guerra", pues, de ser así, el binomio hubiese requerido un tercer miembro, como "No a Rusia (o a Putin)" o "No a la invasión de Ucrania", dejando patente de ese modo que se condenan, "arma virumque", diríamos, las armas de ambas partes y el varón promotor de la guerra.

¿Es así? Es patente que no, y, que, por tanto, el único contenido "real" el único "dictum" de la doble pintada sea el primero "OTAN no". Aunque, lo confieso, es posible que me equivoque y que sus autores deambulen ahora mismo por Rusia pintando en las paredes de las calles, y tal vez del Kremlim, un "No a la guerra" de descomunal tamaño.

En otro orden de cosas, o en el mismo, he recibido varias peticiones correíles de organizaciones humanitarias internacionales pidiendo mi firma para la inmediata detención del jefe del gobierno israelí, Benjamín Netanyahu, para que se cumpla la orden en ese sentido que el Tribunal Penal Internacional emitió a finales de mayo de 2024 por posibles crímenes de guerra en Gaza. Es curioso, el mismo tribunal emitió una orden de arresto contra Vladimir Putin en febrero de 2023, por crímenes de guerra en Ucrania, y, hasta ahora, no he recibido ninguna petición de firma para que se cumpla la orden contra Vladimir. ¡Mucho va de Pedro a Pedro, dice el refrán!

Pero no, se les habrá pasado por alto.

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