Opinión | El Paragües

Cambio y descanso

Sobre la observación de la naturaleza y el parón por las vacaciones de verano

Me resulta difícil dejar de observar casi, con mirada de infancia, la naturaleza que me rodea. Mi afición a actividades hortícolas me convierten en inquiridor del entorno y observo comportamientos del medio que me interrogan. Este es el año que he visto mayor afectación del castaño por avispilla.

Es habitual que a partir de mediados de junio los castaños florezcan y sean llamativas sus flores masculinas que en ciertos lugares cuando caen se llaman "parva". A finales de mes aún falta más de una semana para que se produzca la floración por encima de los trescientos metros de altitud.

Ningún año vi tal cantidad de digital o dedalera en praderas próximas a zonas de monte y, desde luego, lo que me tiene un poco impresionado es la proliferación de cardos, que aparecen por doquier: praderas, bordes de caminos, grietas en hormigón... Cierto que para la abundancia de estas dos plantas tuvo que haber unas condiciones climáticas que hiciesen que no se perdiese ni una semilla.

Hay quienes me dicen que solo lo veo yo, que ellos ni se fijan ni se fijaron nunca, y hay quienes piensan que es coyuntural; pero si la flora tradicional sufre cambios y la no deseable se convierte en invasora, algo está cambiando. Probablemente sea este año y no vuelva a ocurrir, pero uno empieza a mosquearse porque también pensábamos que cosas que no nos gustan en el ámbito político y social creíamos serían pasajeras, y no, siguen y han llegado para quedarse.

Bueno, como descanso estos dos meses de verano, a ver si en septiembre lo veo todo mejor. Buen verano.

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