Óscar desvela que aun no ha cobrado el bote de 1,8 millones de Pasapalabra: "Unos 6.000 euros"

“Tuve que morderme la lengua”

Óscar desvela que aun no ha cobrado el bote de 1,8 millones de Pasapalabra: "Unos 6.000 euros"

Óscar desvela que aun no ha cobrado el bote de 1,8 millones de Pasapalabra: "Unos 6.000 euros"

Han pasado dos semanas desde que el madrileño Óscar Díaz ganara el bote de Pasapalabra: nada más y nada menos que 1.816.000. ¿Cómo le ha cambiado la vida a este campeón? De momento, sigue teniendo el mismo dinero en su cuenta corriente, "unos 6.000€", según ha confesado a Diego Revuelta en Espejo Público.

Aunque el bote era de cerca de dos millones de euros, el ingreso que recibirá Óscar rozará el millón. Hay que descontar los impuestos, pero asegura que "no me parece mal. Es algo que está estipulado y no tengo por qué ser especial". Lo que sí ha notado es un aumento de su popularidad. Mucha gente le para por la calle para darle la enhorabuena. También le pasó durante la grabación de este reportaje. "Estaba deseando que te lo llevaras tú", le dijo un transeúnte. Además, nos hemos adentrado más en sus rutinas. ¿Cuáles han sido sus trucos para estudiar? El ganador ha desvelado su técnica: "Veía los roscos, respondía al ritmo de los concursantes para ver si se me daba más o menos bien, y me apuntaba las palabras que me resultaban difíciles".

Las horas de estudio al día iban variando: "Ha habido épocas en las que he pasado todo el día estudiando", y otras en las que no ha podido dedicar ni una. Lo que sí es cierto es que Óscar ha visto 13 años de programas, lo que significa miles y miles de roscos. Eso le permitía saber con qué frecuencia se repetían las preguntas. "De las 25, 19 o 20 ya han salido, lo que pasa es que no salen continuamente. A lo mejor hay alguna que sale una vez al año y otra una vez en esos trece años", ha explicado.

Un épica que vale 1,8 millones

La victoria en El Rosco de Óscar en Paspalabra le ha cambiado la vida por completo. Tras ganar un bote de1.816.000 euros, el madrileño ha recibido montones de mensajes de apoyo. “La oleada de cariño también hay que asumirla y recompensarla”, ha asegurado Óscar. El exconcursante ha confesado que, cuando se grabó el programa del bote, tan solo su círculo cercano y el equipo de Pasapalabra lo sabían. Tanto es así que ni sus amigos Los dispersos de ¡Boom! estaban al tanto. “Tuve que morderme la lengua”, ha advertido el madrileño, recordando que estuvo con ellos hace muy poco y no pudo desvelar la noticia.

Óscar ha necesitado 157 programas para alcanzar este éxito, un momento que también perseguía Moisés. El riojano, que dice adiós a Pasapalabra tras 245 programas, fue el primero en felicitar a su rival y, sobre todo, compañero fundiéndose en un emotivo abrazo con él. Se lleva 162.000 euros acumulados durante el año que ha participado.

El siguiente en dar la enhorabuena al flamante campeón fue Roberto Leal, que pudo comprobar hasta qué punto el protagonista estaba sobrecogido por lo inesperado de este triunfo. Óscar jamás podrá olvidar el último turno de este Rosco, en el que acertaba las cuatro preguntas que le faltaban para llevarse el bote.

El concursante se había quedado ya a solas con el presentador después de que Moisés decidiera plantarse con 22 aciertos. En ese momento, Óscar tenía uno menos. Por lo tanto, se enfrentaba a una remontada en la que una letra más le valía para empatar, lo que conseguía con la Y: “Poema en que se refieren hechos heroicos, históricos o legendarios”. Una palabra más le convertía en ganador de la tarde, lo que lograba con la B: “Amontonamiento de toda clase de cosas que se hace para resguardarse tras él en una lucha”.

Después, fue a por la sorpresa. Óscar, que nunca se había quedado a una pregunta del bote, ha llegado a 24 aciertos al saber la S: “Provincia de Ecuador con capital en la ciudad de Nueva Loja”. Sólo le quedaba la F por resolver: “Apellido del arquitecto que diseñó la villa Wenhold en la ciudad alemana de Bremen”. Sin nada que perder, respondía : Fahrenkamp”. El silencio se ha hecho en el plató, el público ha contenido el aliento, hasta que Roberto desvelaba el desenlace con un eufórico “¡sí!”.