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El dudoso origen de Jacques Chirac

La historia nunca verificada de que el expresidente de Francia en realidad nació en Mieres con el nombre de Santiago Cordero Marín

Jacques René Chirac fue primer ministro de Francia en dos ocasiones, alcalde de París y presidente de la República desde 1995 a 2007. Políticamente fue evolucionando y los coqueteos de su juventud con el Partido Comunista se olvidaron cuando llegó a ocupar diversas secretarías de Estado en el Gobierno de Georges Pompidou; después acabo siendo uno de los representantes más destacados de la derecha parlamentaria y del gaullismo, y fue conocido por su posición conciliadora en los conflictos internacionales y su afecto con los países norteafricanos, especialmente Marruecos, lo que le hizo estar a punto de conseguir el Premio el Nobel de la Paz. Aunque también pagó su tributo por tener estas amistades y el 14 de julio de 2002, día de la fiesta nacional francesa, sufrió un atentado de un militante ultraderechista.

El dudoso origen de Jacques Chirac

El dudoso origen de Jacques Chirac / Ernesto BURGOS

En fin, si quieren profundizar en la vida de este personaje, los datos concretos están en cualquier biografía. Y entre ellos, lo primero que leerán es que vino al mundo en París el 29 de noviembre de 1932. Sin embargo, hubo quien lo puso en duda y lo hizo nacer en Ablaña. Hoy les voy a contar esta curiosa historia.

La noticia llegó por las ondas de Radio París el 27 de septiembre de 1978, enseguida la publicó en la primera plana de LA NUEVA ESPAÑA y luego se repitió en todos los diarios regionales y nacionales: "Jacques Chirac, alcalde de París es asturiano. Un hermano del protagonista de la noticia, que trabaja como practicante en Avilés nos ha confirmado la veracidad de la información dada recientemente por Radio París en el sentido de que el actual alcalde de la capital francesa, Jacques Chirac, es asturiano de nacimiento y se llamó, hasta que a los dos años fue adoptado por la familia francesa de este apellido, Santiago Cordero Marín, hijo de una modesta familia del concejo de Mieres cuyos tres vástagos figuraban entre los niños llevados a Francia durante nuestra guerra civil.

Santiago Cordero Marín, hoy Jacques Chirac, era el menor de los tres hijos de la indicada familia, y sus hermanos eran Dimas y Manuel. Estos últimos volvieron a España una vez finalizada la conflagración civil, pero Santiago fue autorizado por su madre, que se había quedado viuda en la guerra, a permanecer bajo la tutela de la citada familia parisiense, que acabó por adoptarlo a todos los efectos.

A su lado, Dimas cursó la carrera de maestro nacional, que ejerció hasta hace dos años en que falleció, y el otro hermano, Manuel, que ha sido quien nos confirmó la procedencia asturiana de Chirac , y que presta servicio como A.T.S. desde hace bastante tiempo en una clínica asturiana".

A partir de esta información, Manuel fue requerido por otros medios para que diese su propia versión sobre lo sucedido, y lo hizo contando más datos sobre sus antecedentes familiares y el proceso que había llevado a que la noticia se hiciese pública.

Según su testimonio, tanto él como sus hermanos –uno de ellos, Jacques Chirac– eran hijos del matrimonio formado por el empleado de ferrocarril, Santiago Cordero, e Isidra Marín y tras la caída de Asturias habían sido evacuados en un buque de pabellón inglés hacia Burdeos para pasar después a Cataluña. Desde allí partieron en febrero de 1939 con destino a Pâturages, en el oeste de Bélgica, para encontrarse con unas familias de acogida; sin embargo, hicieron el viaje por separado y perdieron la pista de Santiago cuando estaban cruzando la frontera en un camión; entonces lo vieron en un autobús que los adelantó y luego ya no tuvieron ninguna noticia suya.

Los dos hermanos acabaron regresando a Avilés con su madre Isidra Marín, y otra hermana que entonces tenía un año, con la fatalidad de que su padre falleció en un accidente laboral en 1942; una circunstancia que los unió aún más en la necesidad de buscar a Santiago.

Tras años de incertidumbre, surgió una pista que los condujo a Jacques Chirac: al parecer, una novia de Manuel que trabajaba en París como cortadora de patrones en una casa de modas, le oyó decir que el hermano al que buscaba tenía en la espalda unas manchas de nacimiento, con la extraordinaria casualidad de que ella había conocido a alguien llamado Jacques –es decir, Santiago–, que también mostraba unas señales similares en la piel. Entonces Manuel decidió escribir al político y lo hizo en varias ocasiones rogándole una respuesta que nunca llegó. Hasta que una carta al director publicada en la "Gaceta ilustrada" en la que contaba el caso sí tuvo eco y gracias a ella el resto de la prensa se ocupó del asunto.

Si ustedes piensan que este es un magnífico argumento para un libro no se equivocan. Así lo entendió también la escritora mierense María Luisa Prada, quien la recreó en "Una cita en Arlés", una novela publicada en 2007 que identifica a Jacques con Santiago –el pequeño Tiaguín– y sirvió a la autora para contar la peripecia de aquellos exiliados asturianos que tuvieron que buscarse la vida en el país vecino, acercándonos además a escenarios reales como la Maternidad de Elne, un lugar en el que daban a luz las mujeres españolas que se encontraban en los campos de concentración.

Volviendo a 1978, ante el gran interés que suscitó la noticia, el mismo Jacques Chirac tuvo que desmentir rápidamente su origen asturiano y la agencia EFE, desde París, se encargó de comunicarlo a las redacciones:

"Jacques Chirac, alcalde de París y ex primer ministro, ha reaccionado con buen humor ante las revelaciones que, respecto a sus orígenes familiares, publicó la revista española "Gaceta Ilustrada". Según dicha versión, recogida hoy por los medios informativos parisienses, Chirac se llamaba en realidad Santiago Cordero Marín y nació en un pueblo de Asturias en 1934. Evacuado a Francia hacia el final de la guerra civil española, quedó separado de su familia y fue adoptado legalmente por un matrimonio francés, de quien tomó el apellido. El alcalde de París ha calificado de "extraordinaria broma" dicha información, e "invita a sus autores a que consulten su partida de nacimiento en el Registro Civil de la capital francesa".

Pasado el tiempo, Dimas siguió su carrera como profesor en el colegio San Fernando y Manuel, quien pasó una temporada de formación en Libia, fue un popular practicante muy querido por sus vecinos. Pero, lo cierto es que la familia nunca abandonó su empeño por encontrar a Santiago y siempre sostuvo su hipótesis inicial.

Tener un origen español seguramente hubiese supuesto un problema para alguien que aspiraba a ser presidente de la República gala a finales del siglo XX –no sé si ahora también– y aunque Chirac hubiese querido contar otra versión al final de su vida, cuando ya no tenía nada que perder, el mal de Alzhéimer que anuló sus recuerdos no se lo permitió.

El político francés falleció el 27 de septiembre de 2019 y al día siguiente el periodista Chus Neira publicó en "LA NUEVA ESPAÑA" una entrevista a Francine Cordero, la más pequeña de las hermanas, que entonces vivía en Avilés y ya contaba 79 años. Ella se quejaba de que el histórico político seguramente había muerto sin saber la verdad y completó el relato que ya conocemos, contando la perseverancia de su madre para volver a reunirse con aquel hijo que acabó siendo declarado desaparecido por las autoridades españolas.

Francine le dijo al entrevistador que en los años 70 la familia había llegado a recibir amenazas desde París para que cesasen en su empeño, pero ellos llamaron a todas las puertas e incluso recurrieron al famoso Paco Lobatón, quien se interesó mucho por el asunto, indagó por su cuenta y entrevistó a su hermano y a su madre, aunque por algún motivo nunca llegó a incluirlos en su popular programa de búsqueda de desaparecidos "Quién sabe dónde".

Ya es difícil saber quién llevaba la razón en esta polémica. Efectivamente, la documentación oficial dice que Jacques Chirac nació en París en 1932, era hijo del empleado de banca Abel François Chirac y de Marie Louise Valette y tuvo una hermana llamada Jacqueline. Sin embargo, el asturiano Santiago Cordero Marín nunca apareció –ni vivo ni muerto–, lo que prueba que tuvo que cambiar su identidad.

Tal vez, en aquel 1978, un hombre que había sido adoptado casi cuarenta años antes y desconocía su propia historia, pudo leer en un diario la noticia y pensó por un momento en las casualidades, porque él tenía una edad aproximada a la del alcalde del París, también presentaba unas extrañas marcas en la espalda e incluso algunas noches soñaba con un valle verde, hombres tiznados de carbón y el humo espeso que salía de una fábrica cercana.

Podemos imaginar, que luego tomó un sorbo de café y su pequeña vacilación se difuminó al llegar a la página de los deportes: el domingo 30 de septiembre el Saint-Germain jugaba contra el Marsella y aquello sí era verdaderamente interesante.

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