Opinión

¿Por qué Isabel puede y debe ser Santa?

La reina tuvo una participación personal muy importante en la evangelización

Las razones y hechos por los que la reina católica Isabel puede ser beatificada han sido expuestas por el sacerdote y convertido al catolicismo por intercesión de la reina, José Rubio Willen, máximo responsable y director de la Comisión de Beatificación de Isabel la Católica. En ellas se destacan algunos aspectos que expresan muy bien el perfil teológico y espiritual, serían suficientes para su beatificación. primero y canonización después. La reina católica, lo que no hicieron otros reyes canonizados, comenzó su regencia consagrando totalmente su Reino a la Providencia Divina.

Las acusaciones vertidas contra la reina en torno a la Inquisición y especialmente la expulsión de los judíos fueron para ella obediencia a la Iglesia Católica, un mandato de los papas. Por eso, cuando se investiga a la reina al abrir el proceso de beatificación, se deduce que su obrar con los judíos fue un cumplimiento de una orden del Papa. Precisamente, cuando se le dio por Roma el título que llevan los reyes españoles: católicos, fue precisamente entre otros actos por la expulsión.

No se puede probar que la Reina practicó ningún acto que suponía antisemitismo. Así, las primeras manos que recibieron a sus hijos después del parto, fueron las del judío no converso, Lorenzo Bardoz, su médico personal. También se habla de Abrahan Saneor, puntal judío de la reina y administrador de los caudales de la guerra de Granada, o Issac Abrabanel, prestamista judío durante la guerra de Granada. España recogió a los expulsados de parte de Europa, pero eran considerados pueblo extranjero con permiso de residencia y lo que hizo ella suspender esa residencia. Con un hecho a favor de Castilla, les dejaron llevarse las pertenecías personales y que existieron indemnizaciones. Transformó Granada en la ciudad de la eucaristía. La reina se comprometió eficazmente en recristianizar el reino mazarí de Granada, que comprendía buena parte de la Andalucía de hoy. Después de la Toma de Granada encontró una ciudad completamente islamizada, llena de mezquitas. Pero al entrar la civilización cristina, que había sido durante siglos ciudad cristiana, se llenó de nuevo de templos, conventos, monasterios cristianos. Los cálices, sagrarios, las catedrales, imágenes y esculturas se hicieron de nuevo presentes. Isabel fue una reina que practicaba la virtud de la caridad donde podía. Así en la Guerra de Granada en la retaguardia se traslada a atender y curar a los soldados heridos y caídos. La Reina Católica estaba muy unida a las monjas Concepcionistas, y profesó en las terciarias franciscanas y dominicas. Por eso fue una gran defensora del dogma de la Inmaculada Concepción. La reina tuvo una participación personal muy importante en la evangelización y descubrimiento del Nuevo Mundo. Tomó ambas misiones como asunto muy personal. Con una gran aportación económica tanto privada como de propia Hacienda Real. Conforme la empresa se hacía ineludible, aún debía millón y medo de maravedís a su prestamista judío de Granada, Abrabanel. Y ella pagó antes, pues la acción de conquista era sobre todo evangelizadora. Madre de la raza, la reina sentía que era madre de los indios, no esclavos ni tan siquiera súbditos, así lo dejo escrito en su testamento: son mis hijos. Favoreció el matrimonio y el mestizaje y con ello una "nueva raza", que sería fundamental en la espiritualidad de la reina. España: capital de Roma. Esta aparente contradicción, porque aceptó como autoridad superior, la del Papa de Roma. Por eso en los funerales políticos de la reina que se celebraron el 26 de febrero de 1505 en Roma, Ludovico Bruno en su famoso sermón, proclamó reina beata santa.

Consolada en su agonía con poemas de la Cruz. Isabel falleció un 26 de noviembre de 1505 a los 53 años, tras una larga enfermedad, con toda probabilidad un cáncer de útero, que le ocasionó un sufrimiento grandísimo y una larga agonía. Durante el proceso pidió la presencia de fray Ambrosio Montesino (poeta y traductor eximio) para que le compusiese oraciones a modo de poemas que reflejasen el sufrimiento de Jesucristo en la Cruz y le sirviesen a la reina de consolación en sus momentos de agonía: Un sufrimiento que hizo mella en la reina y se refleja en su testamento.

Suscríbete para seguir leyendo