¿Cómo ven los polesos la prohibición de botellón en El Carmín? Solo hay unanimidad en una cosa: "Que nunca se prohíba la sidra"

La medida de vetar en el prao de La Sobatiella las bebidas de alta graduación genera mucho debate en la Pola: "prohibido prohibir", claman algunos, mientras otros celebran recuperar la fiesta más tradicional

¿Cómo ven las polesos la prohibición de botellón en El Carmín? Solo hay unanimidad en una cosa: "Que nunca se prohíba la sidra"

Lucía Salazar y Daniela Dongo-Soria

Lucía Salazar

"El Carmín", la famosa "Romería de Asturias", llega con debate por segundo año consecutivo por la decisión de la Sociedad de Festejos de Pola de Siero de prohibir la venta de bebidas de alta graduación alcohólica en La Sobatiella. Esta fiesta tan emblemática, que tiene su origen en 1695 y que solo el covid pudo cancelar, es para muchos una cita ineludible en el calendario asturiano.

Desde LA NUEVA ESPAÑA hemos preguntado a los vecinos de la Pola de Siero su opinión sobre "la ley antibotellón" que ha instaurado la Sociedad de Festejos de Pola de Siero bajo el lema: «Las fiestas populares no son solo jaleo, borrachera y verbena. Son identidad, tradición, historia y costumbres. Quien no lo quiera entender, no merece ser representante de nadie ni de nada».

Para los polesos, "El Carmín" es un tema muy delicado y, aunque dan a conocer su opinión sobre la decisión de la Sociedad de Festejos de Pola de Siero de prohibir la venta de alcohol de alta graduación, muchos de ellos no han querido dar su nombre ni apellido, pidiendo permanecer en el anonimato por la polémica que suscitan las opiniones encontradas. Sin embargo, todos coinciden en una cosa: el alivio porque, a pesar de todo, se siga permitiendo la venta de sidra en La Sobatiella.

Paseando por el parque Alfonso X el Sabio, una mujer que lleva en Pola de Siero toda su vida, deja clara su opinión: "Prohibido prohibir". Tal y como ella afirma: "Yo creo que tendrán sus razones. Creo que yo soy de la idea de 'prohibido prohibir', puesto que cada generación tiene sus costumbres, tiene su manera de ver la vida, tiene su manera de entretenerse. Nosotros antes bebíamos sidra, mucha sidra, y llegábamos a la misma conclusión, una borrachera, y ahora lo hacen con otras bebidas. Mientras a mí no me molesten y a la gente no la molesten, yo creo que para mí lo de 'prohibido prohibir' es justo y de derecho". También habla de lo difícil que es volver a la tradición, tal y como pretende hacer la Sociedad de Festejos: "Es muy difícil porque cada generación avanza. No podemos retraernos a lo que era 'El Carmín' de 1890, o el de 1923, o mismamente el de 1950. Cada generación tiene su modo de entender y de vivir, y no somos de pensamiento único, en estos momentos sobre todo".

Jugando en ese mismo parque, una madre, acompañada de sus dos hijos, apoya, sin embargo, la vuelta a la tradición. "Yo creo que está bien volver a la tradición, todo lo que sea mantener la tradición en las fiestas de prao, compartir con la familia, con los amigos, merendar, tomar unos culines de sidra y que la tradición siga así", tercia. Aunque plantea la pregunta, con cierta preocupación, de si la sidra se va a seguir vendiendo, coincide con la decisión de la Sociedad de Festejos de Pola de Siero en que lo mejor es vetar "los cacharros": "No me parece del todo mal, mientras que no se prohíba la sidra y otras bebidas. Mientras solo sean bebidas de alta graduación para evitar los botellones y que la gente joven se desfase un poco de más, pues bien, no está mal"

Si se pregunta a la la juventud, tienen las cosas muy claras en una mayoría de casos. "Sí que es verdad que esa fiesta es muy conocida en Asturias, que viene mucha gente, que ha llegado a tener bastantes problemas y muchas ambulancias, pero yo creo que, independientemente de que se tome esa medida, no se va a hacer mucho caso porque es algo esencial en esas fiestas. Sí que se puede pasar bien sin ello, pero yo, por ejemplo, creo que cada uno es responsable de sus actos. Es verdad que causa problemas, pero no lo veo tan necesario prohibirlo", afirma sin tapujos una joven polesa, que también habla de la vuelta a la tradición pretendida por la Sociedad de Festejos: "Me parece buena idea eso de seguir la tradición y hacerlo como una fiesta familiar, porque al fin y al cabo las fiestas son para juntar a la gente y eso lo veo bastante bien. Pero creo que se puede hacer una combinación de ambos ambientes".

Aunque también hay jóvenes, los que menos, de la opinión contraria. "Hombre, yo veo bien la medida porque se ha perdido bastante la esencia de lo que era El Carmín de cuando salíamos y hacíamos la fiesta, llevábamos la merienda, la sidra; era como otro estilo de fiesta que ha perdido su esencia. Entonces se ha complicado todo bastante porque hay muchísima gente y lo veo bien", afirma otra joven polesa. Apenada, cuenta cómo estos últimos años los macrobotellones han empañado la tradición: "Yo creo que está bien que sigan buscando la tradición. No significa que no haya alcohol, pero sí que convertir en un macrobotellón este tipo de fiestas es una pena porque pierde por completo la esencia de lo que era El Carmín y lo que nos gusta aquí. Era muy divertido sin necesidad de este tipo de bebidas y de este tipo de público".

Finalmente, hay algún poleso que, más allá de del debate de la prohibición del alcohol de alta graduación en "El Carmín", expresa su gran descontento con la fiesta y la organización: "A mí lo mismo me da si son las fiestas como estos dos últimos años, porque no hubo nada, no hay bailes ni hay nada".

Es difícil concebir Pola de Siero sin El Carmín" y "El Carmín" sin Pola de Siero. Pero entre los polesos no hay una opinión unánime sobre la decisión de la Sociedad de Festejos de Pola de Siero de prohibir la venta de bebidas de alta graduación alcohólica en La Sobatiella. Eso sí, la sidra que no la quite nadie del prao, porque entonces igual sí hay una revuelta...