Opinión | A contracorriente

Volver a tu entorno

El enorme encanto de los paisajes y paisanajes del Alto Nalón

La plaza del Ayuntamiento de Laviana.

La plaza del Ayuntamiento de Laviana.

Siempre es gratificante poder volver a tu terruño, a ese personal reducto de historia y vida que marca raíz y determina acciones y hechos. Y ese querido territorio de nacencia y vivencia está anclado en el Alto Nalón, lugar de referencia y pasión infinita de mis ancestros maternos con vocación secular e idiosincrasia maestra y entusiasta.

Volver a este enclave de la Asturias eterna con el Nalón infante jugando en recodos fluviales y meandros infinitos es recordar momentos de dicha y sensaciones a flor de piel. Es la memoria consustancial con nuestra condición humana y ese recuerdo intenso de una nostalgia  de otro tiempo que vaga en mi mente con frescor de ahora. Volver a esta comarca de belleza natural y mental es imbuirse en una realidad presente que avanza como el río de mis sueños y esa corriente continua de agua sigue impasible hasta alcanzar la mar océana. Somos tiempo y la vida nos transforma de una manera brutal hasta convertirnos en seres  vulnerables y débiles ante una existencia que no es nuestra.

Quiero volver a mi espacio de siempre y disfrutar en la medida de lo posible de aquellos momentos eternos de familia y amistad que por desgracia cada día son más escasos o al menos es la perspectiva que nos conduce a ese sentimiento. 

Volver al Alto Nalón es encontrarte con esa geografía tan esencial y definida, ese valle abierto con las montañas de verdaderas guardianas y un cauce fluvial que conforma paisaje y paisanaje. Aquí en este enclave afecto, la terapia anímica es una pócima medicinal de nobleza y experiencias que es mucho y bueno. Y vivir en este perímetro de ambiente y obra es todo un hecho diferencial con el carácter personal por montera y el estilo doméstico por actitud. Los parroquianos, que son buena gente,  deberían saberlo y llevarlo a gala. Es todo un capital que condiciona una manera de ser. Y ahí están los referentes: el parque natural de Redes, el río Nalón, el Real Titánico, la Sociedad Cultural y Gastronómica La Pegarata y los históricos Bribones. Sin olvidar a la Peña Mea, la Peñamayor, el Quesu Casín y  los dulces bartolos, ambrosías de felicidad y promoción. Y es que la tierra nos hace libres y nos emociona. ¡Volver, volver!

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