Opinión

Ascender en mentalidad

Sobre el Oviedo y su final en Eibar: si no se cree, no se puede

En el momento justo, con la cima a tiro de piedra, Luis Carrión agarró el micrófono y puso al oviedismo frente al espejo: "Tenemos que dejar de ser perdedores".

Cómo va a entender un tipo que llegó hace ocho meses con ojos vírgenes y aire fresco que ganas 3-0 de forma solvente en casa, te sobrepones a la lesión de tu estrella, adelantas al sexto clasificado, llegas a la última jornada dependiendo de ti mismo... y el personal acaba el partido de bajón.

La frase de Carrión debería retumbar desde ya en mayúsculas entre todo el oviedismo: "Tenemos que dejar de ser perdedores". Grabarla a fuego para menesteres venideros. No solo para esta semana grande, sino para el futuro, pase lo que pase en Eibar. Para el día a día, para el partido a partido. En Oviedo (en Asturias en general) urge ascender en mentalidad. Si no se cree, no se puede.

Hay que poner fin al dramatismo reinante en el entorno azul cuando toca dar pasos de verdad. El pasado forja, orgullosísima forja, pero recrearse en él sin soltarse el cinturón puede ralentizar el avance. Olvidarlo, nunca. Defenderlo, siempre. Pero mirar hacia adelante. Avanzar.

Hay que resistirse desde ya a que ese pesimismo que desquicia y desgasta acabe envolviéndolo todo otra vez. Bastante dejó atrás el Oviedo como para permitirse que cuatro miedos menguantes, ya caducos, debiliten todas las fortalezas construidas entre tanta dificultad. Después de casi 23 años, ¡23!, esperando el momento de poder pelear de verdad por ascender a Primera, hay que hacerle caso a Carrión y cambiar el chip de una vez.

¿Por qué el Oviedo no va a poder ganar al Eibar? ¿Quién lo dijo? Que se sepa, para empezar, que llega a Ipurúa el mejor equipo del último mes: cuatro partidos, tres victorias y una derrota. 9 puntos, ritmo que solo resiste el Racing. Escrito de otro modo: después de 9 meses de durísima competición, la mejor dinámica del mes en el que se decide todo la tiene el Oviedo.

Que se sepa también que, salvo al Valladolid, ya ascendido, el Oviedo ha ganado ya esta temporada a los tres equipos que tiene por encima en la tabla: Espanyol, Leganés... y Eibar.

Y que también se sepa que desde que llegó Carrión, jornada seis, la puntuación de los dos equipos no justifica de ninguna manera ningún tembleque: Eibar, 62 puntos. Oviedo, 61. Por cierto, que el Oviedo es el tercer equipo de la Liga que menos goles encaja, exactamente diez menos que el Eibar. Son números, sí, y los números pueden orientarse hacia donde uno quiera, vale. Vayamos a las sensaciones. ¿Acaso fueron malas las sensaciones en estos últimos partidos? Quitando la goleada en Pucela, ¿algún partido contra los grandes de la categoría en el que el Oviedo no haya competido bien? Se juega fuera de casa, sí, como se jugó fuera de casa en Elche, y todo el mundo vio lo que pasó, y en Cornellá, y todo el mundo también vio lo que pasó.

Es fútbol, en fin, y puede pasar de todo. Pero llegó la hora de sustituir el canguelo por la convicción. Para esta semana y para siempre. "Tenemos que dejar de ser perdedores". Palabra de Carrión.