Opinión

El camino a seguir en la Filarmónica

Las mejoras que precisa la centenaria sociedad para volver a erigirse en una institución fuerte

La semana pasada se clausuró la temporada de la Sociedad Filarmónica de Oviedo. La histórica entidad, que cuenta ya 118 años de vida, desarrolló entre los meses de octubre y junio un total de 18 conciertos con propuestas de índole diversa donde, si bien el resultado general ha sido notable y marca el camino a seguir en los próximos cursos, se consigna cierto margen de mejora sobre el que habría que trabajar desde la dirección.

Por un lado, el curso 2023-2024 ha dejado una programación variada y atractiva. En este sentido, debemos mencionar las veladas cargo de la Coral Nacional Simón Bolívar o la Orquesta Humboldt. Del mismo modo, se ha podido disfrutar de espectáculos poco habituales en el teatro de la calle Mendizábal –dentro del contexto de la Filarmónica ovetense–, como "El pulso del lamento. Breve viaje lorquiano" o el estreno mundial de "Albeniciana" (de Martínez Burgos), a cargo del pianista Gustavo Díaz Jerez. No obstante, la Filarmónica no ha renunciado a su idiosincrasia y al cultivo de su repertorio camerístico. Ejemplo de ello son los recitales a cargo del Cuarteto Iberia, Garnati Ensemble o Grupo Antía. Quizá no sería tan descabellado, teniendo en cuenta los gustos musicales de la capital del Principado, ofrecer algún programa de marcada impronta lírica en sus diferentes formas: canción española, lied, ópera de cámara...

También advertimos el equilibrio entre la contratación de personalidades asentadas en el panorama musical –como la violista Isabel Villanueva– y de espléndidos recitales, como el ofrecido por el arpista José Antonio Domené y la flautista Mercedes Schmidt, con la apuesta, siempre decidida, por el talento joven. En este caso, Yuyu Zhao (viola), Nina Rivas (violonchelo), Diana Cooper (piano) o el Trío Valdor, ofrecieron notables resultados artísticos. Igualmente, llamamos la atención sobre la entrega de la Medalla de Oro de la institución a Purita de la Riva en el concierto inaugural de la temporada. Todo un reconocimiento a la trayectoria de una intérprete de la casa con un férreo compromiso hacia Oviedo y la Filarmónica ovetense.

Sin embargo, todavía hay labores pendientes para la histórica entidad. Es necesario emprender una potente campaña de captación y renovación del público de la Filarmónica incidiendo en las personas más jóvenes y para ello se hace indispensable la disminución en el precio de las entradas.

Cualquier comparación es odiosa, pero por el importe de un abono infantil para toda la temporada en la Filarmónica de Gijón no sería posible asistir a un solo concierto en la Filarmónica de Oviedo. Si el precio lo establece una ordenanza municipal, quizá convendría revisarla o que la Filarmónica realizase la oportuna ingeniería matemática para subvencionar parte del coste de la entrada y que los bolsillos del público no se vieran tan afectados. Siguiendo esta línea, sacar a la venta abonos para público juvenil y estudiantes de la Universidad y los conservatorios y llevar a cabo una mayor difusión de los conciertos en redes sociales y a través de los medios de comunicación deberían ser cuestiones prioritarias para la histórica y centenaria institución.

Por último, convendría cuidar algunos detalles como los programas de mano, pues suponen la primera toma de contacto de los asistentes con la entidad. Es necesario revisar, de forma exhaustiva, el contenido de los mismos para evitar faltas de ortografía y fechas erróneas.

La Sociedad Filarmónica de Oviedo ha emprendido el camino a seguir durante los próximos años para volver a erigirse en la institución fuerte y querida por todos los melómanos del Principado. Ahora debe recorrer, paso a paso, esa senda.

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