Opinión

La excelencia se alcanza entre todos

Valoración de la XXV Edición de los ciclos Conciertos del Auditorio y las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni" en la capital del Principado

Como cada año, desde hace un cuarto de siglo, los ciclos Conciertos del Auditorio y las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni" han situado a Oviedo en el mapa internacional de la música clásica. En una temporada extraordinaria que festejaba el 25.º aniversario del ciclo y de su orquesta residente, Oviedo Filarmonía, se optó por un total de 22 conciertos donde se pudieron apreciar diferentes estilos y propuestas, siempre bajo el denominador común de la calidad artística. Buena parte de los artistas que han recalado en Oviedo, de gira por el mundo, cuentan como paradas obligadas en nuestro país Madrid, Barcelona y Valencia, por lo que codearse con ciudades de tal envergadura supone siempre un motivo de orgullo para los ovetenses y un reconocimiento que, por habitual, no es menos loable.

Si analizamos someramente el doble ciclo, nos daremos cuenta de la síntesis entre juventud y veteranía, talento nacional e internacional, que se han dado cita durante los últimos diez meses en Oviedo. El primer tramo de la temporada, inaugurada por el contratenor Jakub Józef Orlinski junto a "Il pomo d’oro", contaría con la novedosa propuesta de "L’Arpeggiata" o con la Orquesta de Cámara "Franz Liszt" (dirigida por István Várdai). En el apartado pianístico destacó la contraposición entre la pujanza de Bruce Liu, de 26 años, y las buenas prestaciones que ofreció el ya nonagenario Joaquín Achúcarro, homenajeado, con buen criterio, por la Fundación Municipal de Cultura y por la Sociedad Filarmónica de Oviedo, como reconocimiento a su implicación con la ciudad.

El gusto lírico del público quedaría saciado mediante los recitales de Ermonela Jaho, Javier Camarena o Rolando Villazón, todos ellos acompañados por la OFIL, pero el ciclo tampoco ha renunciado a una de sus señas de identidad, como lo son las grandes orquestas. Así, el Auditorio ha sido testigo del paso de la Hallé de Manchester, la Sinfónica de Düsseldorf, la Orquesta Nacional de España o la Gustav Mahler Jugendorchester, esta última bajo la dirección de Kirill Petrenko. También vimos violinistas de primer orden como Tetzlaff y un gusto evidente por el barroco de la mano, por ejemplo, de La Cetra y el Vokalensemble Basel en su interpretación de la "Pasión según San Juan". Todo ello, junto a pianistas de la talla de Igor Levit, Yulianna Avdeeva y Maria João Pires. Además, en la temporada ha jugado un papel fundamental la orquesta Oviedo Filarmonía, que también está de aniversario en la presente campaña. La formación ha rendido a un nivel extraordinario acompañando a solistas de primerísimo nivel y ha mostrado el crecimiento experimentado durante los últimos años bajo la dirección de su titular, Lucas Macías, dejando interpretaciones memorables de las Sinfonías octava y novena de Dvorák o el Réquiem de Verdi.

Otro aspecto a destacar ha sido la búsqueda de un equilibrio entre las grandes figuras internacionales y el talento de los músicos españoles. No podemos obviar los excelentes resultados de la pianista Noelia Rodiles, el clavecinista Diego Ares, la violinista María Dueñas, la agrupación "Forma Antiqva", el coro "El León de oro", reforzado en una ocasión por el Joven coro de Andalucía, o la siempre interesante dirección de Jaime Martín. Todo ello, redondeado mediante algunos estrenos de Martínez Burgos y Laura Vega y cuidando acertadamente las efemérides de compositores tan relevantes como Dvorák, Puccini o Bruckner.

Ahora bien, si los resultados artísticos han sido sobresalientes, aún queda trabajo por hacer. En primer lugar, llamamos la atención sobre la ausencia de iniciativas encaminadas a la promoción y asistencia del público juvenil. Si bien existe un abono para menores de 30 años, éste solo incluía 5 conciertos. Sería conveniente realizar un verdadero abono joven que abarcase todo el ciclo e incluyese importantes descuentos. Asimismo, para facilitar la venta de más localidades, y puesto que una ciudad como Oviedo no puede llenar las 1.500 butacas del Auditorio con sus abonados, convendría estudiar la posibilidad de implantar los descuentos de última hora que se ofrecen, con buenos resultados, en otros ciclos como la temporada de la OSPA, favoreciendo siempre la presencia de un público más joven.

Por otra parte, la presencia institucional se ha reforzado mediante la asistencia regular del concejal de Cultura, David Álvarez, e incluso de otros ediles y autoridades, aunque convendría una mayor ocupación del palco municipal que sí se logró en el primer tercio de temporada: no estaría de más implementar alguna medida para que usuarios de centros sociales o un público juvenil, destacado por alguna hazaña deportiva o por méritos académicos, por ejemplo, acudiese al palco. Sí es cierto que se han llevado a cabo algunas iniciativas interesantes, como la asistencia de alumnos de diferentes conservatorios al ensayo general del concierto de María Dueñas que, esperamos, consigan mayor recorrido.

La antelación juega un papel fundamental para la promoción de todas estas actividades y, sin duda, habría que incidir en este aspecto para mostrar todo el potencial cultural que abandera nuestra ciudad y erigir Oviedo en la verdadera capital musical del norte de España.

Suscríbete para seguir leyendo