Un concursante de Pasapalabra, en serios apuros: "Voy a perder toda mi reputación..."

No ha sido el mejor momento para un famoso que tomó parte en una de las últimas entregas de Pasapalabra. Y no por la falta de acierto. Más bien al contrario. El mal momento lo pasó precisamente por acertar. Aunque resulte una paradoja, es lo que ocurrió en el plató del programa de Antena 3 presentado por Roberto Leal, para sorpresa de todos.

El concursante y protagonista del episodio fue Joe Pérez-Orive, afamado productor de conciertos musicales que se dio a conocer para el gran público al formar parte del jurado de Operación Triunfo. Pérez-Orive ha participado en varios programas como parte de uno de los equipos, y evidentemente ha dejado bien claro que en el plano musical es una eminencia.

Así ocurrió precisamente en la prueba de La Pista, cuando los concursantes tienen que adivinar, a partir de un trozo muy breve y luego con sucesivas pistas adicionales si no logran sacarlo antes, el nombre de un tema musical. Le llegó el turno a Joe Pérez-Orive y no tardó en adivinar la respuesta correcta.

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El problema es que la respuesta correcta no le gustaba nada de nada. Al menos, en lo que a preferencias y gustos artísticos se refiere. Joe Pérez-Orive reconoció al poco de comenzar la canción que le estaban poniendo, que no era otra que un gran hit de reguetón de Daddy Yankee: "La gasolina".

Merced a su conocimiento y destreza, Pérez-Orive ganó su duelo en la prueba de La Pista. Pero su valoración no fue tan positiva cuando tuvo que rendirse al perreo en pleno plató de Pasapalabra. “Voy a perder toda mi reputación con esto”, ha advertido dejando a las claras que para nada es reguetonero. 

Roberto Leal, como siempre, aprovechó para "meter el dedo en la llaga" y aportar esa pizca de buen humor y cachondeo que forma parte de la fórmula de éxito incontestable de Pasapalabra. “Es una fantasía que Joe Pérez-Orive gane con reguetón”, señaló el presentador del concurso entre risas.

Pasapalabra sigue su curso adelante fomentando grandes rivalidades entre concursantes, llevando a su plató a invitados que dan mucho juego, y todo magistralmente conducido por un Roberto Leal que se mimetiza por completo con el programa. Se suceden los roscos día tras día, y la audiencia ya aguarda el día en el que uno de los concursantes, por fin, se vuelva a hacer con un cuantioso bote de Pasapalabra.